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Silencio y apasionada defensa

Las noticias en torno a las escandalosas cuentas de la Fundación Canaria Sanidad y Salud de Tenerife y la sospechosa gestión de Antonio Alarcó han sido tratadas con desigual interés por los medios informativos canarios, particularmente los de Tenerife. Es evidente que el candidato del PP al Senado ha sabido ir tejiendo a su alrededor un halo de simpatías y de apoyos que, seguramente en gran medida, tienen que ver con la facilidad con la que extendía cheques a cambio de servicios publicitarios de los que en muchos casos ni siquiera se conocen los resultados. A eso se suma la proverbial quietud de la prensa tinerfeña ante los escandalitos, escandalazos y otros trapos sucios que se lavan y planchan en las capas altas de la jerarquía política y empresarial de la isla. Ha habido muchos compañeros de profesión que, en un arriesgado ejercicio de pureza periodística, han opinado que no era el momento de publicar este serial sobre las cuentas de Alarcó, como si en campaña electoral debiéramos incluso dejar de informar, por ejemplo, de las comparecencias de Willy García en sede parlamentaria. O de las subastas de coches de Cospedal en Toledo. Pero desde luego, ninguno de los importantes, salvo El Día, se ha lanzado a degüello a defender la honra del insigne cirujano. Analicemos cómo se han despachado don Pepito y sus más íntimos (y estrechos) colaboradores.

Las noticias en torno a las escandalosas cuentas de la Fundación Canaria Sanidad y Salud de Tenerife y la sospechosa gestión de Antonio Alarcó han sido tratadas con desigual interés por los medios informativos canarios, particularmente los de Tenerife. Es evidente que el candidato del PP al Senado ha sabido ir tejiendo a su alrededor un halo de simpatías y de apoyos que, seguramente en gran medida, tienen que ver con la facilidad con la que extendía cheques a cambio de servicios publicitarios de los que en muchos casos ni siquiera se conocen los resultados. A eso se suma la proverbial quietud de la prensa tinerfeña ante los escandalitos, escandalazos y otros trapos sucios que se lavan y planchan en las capas altas de la jerarquía política y empresarial de la isla. Ha habido muchos compañeros de profesión que, en un arriesgado ejercicio de pureza periodística, han opinado que no era el momento de publicar este serial sobre las cuentas de Alarcó, como si en campaña electoral debiéramos incluso dejar de informar, por ejemplo, de las comparecencias de Willy García en sede parlamentaria. O de las subastas de coches de Cospedal en Toledo. Pero desde luego, ninguno de los importantes, salvo El Día, se ha lanzado a degüello a defender la honra del insigne cirujano. Analicemos cómo se han despachado don Pepito y sus más íntimos (y estrechos) colaboradores.