Aldo Comas resta importancia al encontronazo que tuvo con José Lamuño en la tercera entrega de Hasta el fin del mundo, emitida el pasado miércoles en La 1. Ambos se enzarzaron en un agrio debate sobre la conveniencia de utilizar determinadas expresiones después de que el pintor pidiera a su compañero que se bebiera un chupito “como un hombre”. A Lamuño no le gustaron estas palabras: “A ver si cambiáis de discurso, eso es una gilipollez. Eres muy antiguo”, le dijo.
La discusión fue tensa y duró varios minutos, pero el marido de Macarena Gómez sugiere que el reality aventurero de RTVE ha transmitido una imagen algo distorsionada. “En el programa solo veis el 2% y sacan los dos puntos de mambo”, ha explicado Comas en declaraciones a Mundo Deportivo.
Sin embargo, dice que entre él y su compañero surgió una buena amistad. “Parece que José y yo nos llevamos mal, porque han montado las dos pullitas que tuvimos, pero éramos 'brothers'. Cuando llegamos a Panamá, en la primera etapa, llegamos llorando por lo amigos que éramos. Nos hemos llevado muy bien. Nos lo pasamos muy bien”, insiste.
No obstante, dice de sí mismo que es “muy pesado así de primeras” y que suele provocar sentimientos encontrados en la gente, aunque confía en que el programa llegue a mostrar esa buena sintonía que hubo entre ellos: “Creo que se va a ver a partir de ahora”.
Además, asegura que recibió una buena cantidad de “hate” en las redes sociales tras la emisión de su bronca con Lamuño, al que llamó “puto woke” por plantear ese debate sobre la importancia de corregir ciertas expresiones. “Piensas como una nenaza”, llegó a soltar “en broma”. “Estoy orgulloso de ser una nenaza y de pensar así”, contestó el actor. Minutos después, mirando a cámara, Comas dijo que le gustaba “defender los tópicos” haciendo de “abogado del diablo”.