A Alierta se le complica la venta de Endemol tras descubrir nuevas deudas por valor de 400 millones de euros
Del arcón de las sorpresas que guarda la productora ha surgido una agujero de 400 millones de euros que nadie esperaba y que trastoca todos sus planes. Por si fuera poco, el calendario de venta está pendiente de que el juez Baltasar Garzón archive la causa abierta por el elevado precio pagado por la compañía y por las sospechas de enriquecimiento ilícito en la operación.
Así, cerrada la venta de Antena 3 a Planeta, los flecos del área de medios de comunicación -que siguen lastrando la cuenta de resultados de la operadora- se centran en Endemol, empresa engordada artificialmente por su creador, John de Mol. El holandés aceleró el crecimiento y presencia de su `criatura´ mediante la adquisición de productoras líderes en el resto de mercados de Europa.
El sistema utilizado para fijar la valoración en cada una de estas compras fue el denominado earn-out, es decir, vincular el precio de la operación a los beneficios generados durante los años posteriores a la venta.
Pues bien, el buen trabajo de los gestores de estas filiales, sus antiguos propietarios, ha reportado unos resultados tan positivos (especialmente en el caso francés) que les ha roto todos los esquemas. En concreto, el cumplimiento de los acuerdos establecidos por Endemol ha aumentado los compromisos de pago de la productora en los citados 400 millones de euros, elevando así la deuda total de la holandesa hasta los 600 millones de euros.
La gravedad de estos datos preocupa seriamente a los responsables de Gran Vía 28, que ven cómo, un día sí y otro también, la factura de las deudas de sus participadas aumenta de manera constante. En el caso de Endemol, valorada en torno a los 1.200 millones de euros, este nuevo agujero reduciría hasta los 600 millones de euros el precio del activo, dejándolo por debajo de su valor contable.
Desde el equipo gestor de Telefónica se reconoce el poco margen de maniobra existente, sobre todo por el difícil encaje de un activo que ya no tiene cabida en la nueva política estratégica de la compañía, carente de medios de comunicación en los que explotar la mercancía televisiva y sin profesionales capaces de gestionarlo.
Los cálculos realizados por el equipo financiero de Telefónica sobre los compromisos firmados por John de Mol en su día ponen cuesta arriba la venta de la productora. Probablemente, la compañía presidida por Alierta tenga que rascarse el bolsillo para sanear el balance de su participada antes de cualquier otro paso.