Lolita se emociona en Antena 3 al hablar del documental sobre su hermano dirigido por Alba Flores: “No puedo verlo más”
Lolita asegura que no puede volver a ver Flores para Antonio, el documental sobre su hermano Antonio Flores que ha dirigido su sobrina Alba Flores, hija del añorado cantante. La jueza de Tu cara me suena reconoció este martes en Y ahora Sonsoles (Antena 3) que tiene “una herida abierta” con la muerte de su hermano, la cual se produjo en 1995, solo dos semanas después del fallecimiento de su madre, Lola Flores, y cuando él apenas tenía 33 años de edad. Por eso le “cuesta mucho hablar del tema” y por eso no se ve capaz de ver de nuevo el documental a pesar de que, a su juicio, su sobrina ha hecho un trabajo “maravilloso” honrando la memoria de Antonio Flores.
“Ella [Alba Flores] se ha reencontrado con la esencia de su padre. Es verdad que ella estaba muy enfadada porque no entendía por qué la dejó con 8 años, y es una película que muestra quién era de verdad mi hermano. Era, además de un compositor maravilloso, un hombre que se vestía por los pies, con un corazón inmenso, que adoraba a su familia y que todo lo que hacía y le salía del corazón lo escribía en un papel. Y por eso no puedo ver más veces el documental, porque sale mi madre, mi padre... el paraíso de mi hermana y el mío. Las bromas, las risas, los consejos, las regañinas, el no poder llegar más tarde de una hora a casa porque mi padre se enfadada, aunque luego hacía la vista gorda”, comentó una Lolita que no pudo reprimir las lágrimas al hablar de su hermano y de sus padres, a los que tanto hecha de menos.
Aunque ella no vaya a ver más Flores para Antonio, aprovechó su visita a Y ahora Sonsoles para recomendárselo a todos los espectadores: “Tienen que ir a verla, porque hay familias y familias, y si yo puedo presumir de algo es de la familia que tengo, y desgraciadamente hay mucha gente que no la tiene”. A continuación, la cantante explicó por qué su mediática y célebre familia siempre se ha mantenido tan unida en los últimos 30 años: “Mi madre no nos dejó mucha herencia económica, pero sí nos dejó mucha herencia de espíritu, de amor, de compañerismo, de sabiduría, de educación y de querernos y respetarnos los unos a los otros en nuestra profesión, de no querer ser más que otro y reconocer quién valía para una cosa y quién para otra. Y mi padre igual”.