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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

El Tenerife encuentra el equilibro y los goles para ganar al Girona

José Miguel Galarza

Santa Cruz de Tenerife —

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El CD Tenerife jugó su partido más equilibrado del curso para ganar a uno de los gallos de la Liga, un Girona que asustó con cinco minutos iniciales y luego se fue apagando con la indolencia propia de los equipos desubicados en la categoría. Letal en sus dos primeras caídas al área, luego defendió con aplicación hasta el descanso y, a la vuelta, cuando llegaron las lesiones de Folch y Joselu —y la expulsión por el camino de Alberto— ni se descompuso, ni perdió el sitio, ni concedió errores con valor de gol.

El equipo de Ramis firmó un encuentro completo para lo que le exigía su situación en la tabla y nunca se cayó según le fueron apareciendo los obstáculos. Primero, un arranque de fútbol de salón de su rival, al que respondieron los blanquiazules con un cabezazo medido de Bruno Wilson, imposible para Juan Carlos. Luego, un equipo que te mete en tu campo y ataca con cinco jugadores por delante del balón, a lo que respondió Sol cerrando una jugada coral. Y luego una sucesión de tres lesiones y una expulsión que no bajaron ni el tono, ni el compromiso —que nunca se le puede discutir— de un Tenerife más armónico que nunca desde el tiempo de Baraja.

Por el camino se entiende el mérito de Ramis renunciando a un segundo delantero de toque para apostar por Apeh, como imaginando la fragilidad de la zaga del Girona, permisiva en los dos remates de gol de los locales, casi siempre en problemas cuando el balón llegó limpio y de cara a los tres cuartos del ataque del Tenerife. Hasta que tuvo que renunciar en la pausa por un problema muscular, Apeh hizo casi todo bien, salvo encontrar el gol, más que se sacó un latigazo fuera del área (m.31) que comprometió al portero.

La decisión de Ramis, como la vuelta de Bruno Wilson para emparejarse con Sipcic, fue refrendada por los hechos. El portugués se reclamó con un tanto de defensa listo que se aparece a la espalda de sus pares rivales y el gol le dio la estabilidad emocional suficiente para ser más solvente que nunca.

Apagado el debate de los cambios en el once de salida, lo demás, que no es poco, fue ir cerrando los microciclos del partido sin errores groseros, mientras el grupo crecía en autoestima y se iba atreviendo a más. Si tras el 2-0 aguantó hasta el descanso con pocas posesiones largas —condicionado por las pocas pugnas que ganó y las contras que no encontró—, el regreso del entretiempo —ya con Joselu por Apeh— terminó de ajustar el escalonamiento del Tenerife.

Sin dos semanas de pausa por medio, lo de este lunes podría ser el punto de inflexión que anda buscando el representativo

Descubrieron los birrias el valor de las ayudas de Nono, Joselu o Bermejo cuando encaraban a Moore y Alex Muñoz, se terminó de afinar Javi Alonso —poco a poco más cerca de todo lo que apuntó el curso pasado— y tuvo veinte minutos notables Alberto hasta que se le fue la mano —qué necesidad— en un forcejeo con Bustos que, al menos, también provocó la expulsión del delantero argentino.

Una pena que pudo ser fatal, porque el Tenerife ya jugaba con una pausa desconocida esta temporada cuando se había visto obligado a guardar una ventaja. Ayudó un Girona incapaz de morder en el medio juego con Monchu y Cristóforo —perdida la finura para la combinación o el último pase que tuvo con Samu Saiz en la primera parte— y a ratos metido en su campo, en una inversión de papeles que permitió a los locales frenar el partido o sacarla jugada y fabricar una llegada de Álex Muñoz (m.67) para generar una doble ocasión, con asistencia de Joselu, salvando el fuera de juego, y sendos remates de Fran Sol y Bermejo salvados en la línea, primero por Juan Carlos y luego por Bernardo.

Diez contra diez, con un cuarto de hora por jugarse, Ramis respondió con la lógica —Carlos Ruiz como pivote, Fran Sol al banco—, hasta que la lesión de Joselu le obligó a otro movimiento inesperado que llevó a Shashoua como última referencia, mientras Vada entraba por Bermejo para meter más peso en la medular. Tanto cambio entre tanto accidente no condicionó al Tenerife, solvente más que brillante, simplemente aplicado para no equivocarse mientras daba con un final en el que solo pasó lo que quiso que pasara.

Sin dos semanas de pausa por medio, lo de este lunes podría ser el punto de inflexión que anda buscando el representativo desde que encadenó las tres derrotas que siguieron al debut frente al Málaga. Aunque el descanso navideño en estas condiciones, con dos rivales de su Liga y la cita copera para empezar enero, no debería ser un problema. De las cinco victorias de esta Liga, puede que solo ésta provoque certezas y despeje dudas.

(2) CD TENERIFE: Dani Hernández; Moore, Bruno Wilson, Sipcic, Álex Muñoz; Nono, Folch (Alberto, m.55), Javi Alonso, Bermejo (Shashoua, m.84); Apeh (Joselu, m.46, Vada, m.84) y Fran Sol (Carlos Ruiz, m.79).

(0) GIRONA FC: Juan Carlos; Couto (Kebe, m.69), Bueno, Bernardo, Enric Franquesa; Bárcenas (Pablo Moreno, m.78), Cristóforo (Nahuel Bustos, m.69), Monchu, Samu Saiz (Aday Benítez, m.60); Sylla y Stuani.

ÁRBITRO: José Antonio López Toca (Comité cántabro). Expulsó a Bustos (m.74) y Alberto (m.75) por agresión mutua. Amonestó a Nono (m.40) y Bruno Wilson (m.41) y a los visitantes Samu Saiz (m.37) y Pablo Moreno (m.90+3).

GOLES: 1-0, Bruno Wilson (m.7). 2-0, Fran Sol (m.34).

INCIDENCIAS: Partido de la 20ª jornada de LaLiga SmartBank 20-21, jugado a puerta cerrada en el estadio Heliodoro Rodríguez López.