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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

La moción y Canarias

No ha estado muy afortunado Román Rodríguez al calificar de “godo” a Pablo Iglesias por haber criticado a Pedro Quevedo por apoyar los presupuestos generales del Estado del Gobierno corrupto de Mariano Rajoy.

Cuando no se tienen argumentos lo más fácil es recurrir a la demagogia, a los epítetos, y eso de acusar a un peninsular de “godo” quedaba muy bien hace años, pero ahora ya es muy poco utilizado, ni en el fútbol se critica a un mal árbitro diciéndole ¡godo!, como en mis tiempos adolescentes escuché más de quinientas veces en el entrañable Estadio Insular.

Lo peor para Román Rodríguez y Pedro Quevedo es que no sólo Pablo Iglesias ha criticado el entreguismo de Nueva Canarias a Mariano Rajoy, también han sufrido duras críticas de José Luis Ábalos, el nuevo portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados. Lo cierto es que Nueva Canarias sólo ha conseguido de los presupuestos del Estado un plato de lentejas con un vaso de agua, mientras que los vascos del PNV arrancaron una purrusalda, con tortilla de bacalao y chuletón de buey, todo regado con vino de la Rioja alavesa, mamiya de postre, y un buen cupo de dineros contantes y sonantes, incluido el tren de alta velocidad.

Hay que recordar que Nueva Canarias se presentó a las últimas elecciones generales en coalición con el PSOE, y que el bandazo que han dado ahora ha originado un cabreo muy gordo en las filas socialistas ahora comandadas por Pedro Sánchez, y ya José Luis Ábalos anunció que ese acuerdo electoral sería revisado para los próximos comicios, con lo cual de llegar a producirse el divorcio el diputado de NC a nivel nacional quedaría en el aire sino se presenta aliado con el PSOE. Con esta imagen dada por Quevedo y NC, por unas cuantas perras sacadas a Madrid que pueden ser pan para hoy y hambre para mañana, más el estar gobernando en el Cabildo Insular de Gran Canaria con dos tránsfugas de Podemos, los bandazos de Román Rodríguez y Pedro Quevedo son notorios y vienen desde la época de su juventud cuando ya los daban en el Sindicato de los Médicos Parados, y luego cuando fundaron la Unión Nacionalista de Izquierda (UNI), que no se sabía si iban para la derecha, el centro, o bailaban la yenka.

De Anita Oramas, la otra “nacionalista”, sólo diré que argumentaba como un disco rayado que Pablo Iglesias no quiso hacer presidente a Pedro Sánchez aireando otra vez la gran mentira, que sólo se responde diciéndole que los números daban para un gobierno formado por PSOE, Podemos, Izquierda Unida y PNV, y que Podemos con Ciudadanos, en la otra posibilidad de pacto, Iglesias no va con Rivera ni a misa ni a Suiza. Ya está bien de tantas patrañas a cuenta de las negociaciones del 20D de 2015, que Sánchez ya le reconoció a Jordi Évole que entre Felipe González, Juan Luis Cebrián y el IBEX 35, y la conspiración de barones y la baronesa andaluza, no le dejaron ser presidente con Podemos en el gobierno. Para no ocuparme mucho de Anita Oramas, le recomiendo que se preocupe más de la playa de Las Teresitas y de su compañero de partido el delincuente Miguel Zerolo, y se deje de decir tonterías en el Congreso de los Diputados, calificando incluso a Iglesias de machista.

Otra de las cuestiones que afectaron a Canarias y en plan muy positivo fue cuando la portavoz de Unidos Podemos, Irene Montero, acusó a Mariano Rajoy de “mirar para otro lado” cuando un ministro de su Gobierno, José Manuel Soria López, fabricó pruebas falsas para perjudicar a la jueza Victoria Rosell cuando era diputada de Podemos, y el tal ministro se querelló contra Rosell cuando era su adversaria política con la única intención de perjudicarla.

Irene Montero recordó que Soria estuvo detrás de un plan para inventar pruebas falsas contra la jueza desde el momento que decidió presentarse a las elecciones con Podemos, y lo describió de forma muy sencilla, el ministro presentaba un querella, y para asegurar su admisión el juez Salvador Alba presentó una declaración inventada y pactada con el empresario Miguel Ángel Ramírez. Esperando al resultado de esa conspiración estaba el presidente de la sala segunda de lo penal del Tribunal Supremo, el juez Manuel Marchena. Irene Montero calificó todo esto como “repugnante, y todavía colea”. La señora Montero desgranó finalmente todos los casos de corrupción del Partido Popular, entre los que se encontraba los del ministro José Manuel Soria, con Mariano Rajoy y su portavoz, el fascista Rafael Hernando, con las cabezas agachaditas. Para terminar un mensaje a la ínclita Anita Oramas: ¿cree señora Oramas que el hecho que como portavoz de Unido Podemos esté la brillante oradora Irene Montero es machismo de Pablo Iglesias?. Lo que tenemos que ver, oír y leer, en la política española todavía por desgracia.

Como opinión muy personal en relación a la moción de censura me da la impresión que cada vez más gente se ha dado cuenta que el Partido Popular es una asociación corrupta, y me alegro enormemente de la mejora de las relaciones entre el PSOE y Unidos Podemos. A ver….

No ha estado muy afortunado Román Rodríguez al calificar de “godo” a Pablo Iglesias por haber criticado a Pedro Quevedo por apoyar los presupuestos generales del Estado del Gobierno corrupto de Mariano Rajoy.

Cuando no se tienen argumentos lo más fácil es recurrir a la demagogia, a los epítetos, y eso de acusar a un peninsular de “godo” quedaba muy bien hace años, pero ahora ya es muy poco utilizado, ni en el fútbol se critica a un mal árbitro diciéndole ¡godo!, como en mis tiempos adolescentes escuché más de quinientas veces en el entrañable Estadio Insular.