El que tiene un amigo tiene un tesoro

Estamos convencidos de que Eligio Hernández se ha vuelto a dejar llevar por el alto valor que le da a la amistad. Manuel Fernández, imputado en la causa del salmón, es íntimo amigo suyo, además de paisano piñero, es decir, nativo y vecino veraniego del nuevo municipio de El Pinar, en El Hierro. Se profesan mutuo respeto y gran admiración, lo que no es en absoluto agravante, sino en este caso una atenuante. Es más que probable que Manuel Fernández le haya pedido que le eche una mano en este trance tan delicado en el que se ve, y don Eligio, que es como elefante en cacharrería, no ha esperado un solo segundo para defender a su buen amigo. Lo malo es que o no se ha repasado el Código Penal ni ha meditado con algo de detenimiento el tamaño del problema que sufre Fernández. Y no es asunto administrativo, ni precisamente reglamentario, sino penal. Y ahí patina artísticamente el ex fiscal general del Estado.

Estamos convencidos de que Eligio Hernández se ha vuelto a dejar llevar por el alto valor que le da a la amistad. Manuel Fernández, imputado en la causa del salmón, es íntimo amigo suyo, además de paisano piñero, es decir, nativo y vecino veraniego del nuevo municipio de El Pinar, en El Hierro. Se profesan mutuo respeto y gran admiración, lo que no es en absoluto agravante, sino en este caso una atenuante. Es más que probable que Manuel Fernández le haya pedido que le eche una mano en este trance tan delicado en el que se ve, y don Eligio, que es como elefante en cacharrería, no ha esperado un solo segundo para defender a su buen amigo. Lo malo es que o no se ha repasado el Código Penal ni ha meditado con algo de detenimiento el tamaño del problema que sufre Fernández. Y no es asunto administrativo, ni precisamente reglamentario, sino penal. Y ahí patina artísticamente el ex fiscal general del Estado.