Canarias Ahora Opinión y blogs

Sobre este blog

Don José no quiere que lo llamemos Don Pepito

Nos acabamos de quedar petrificados. El director y propietario de El Día, don José Rodríguez Ramírez, no quiere que lo llamemos don Pepito. Se lo ha pedido por favor a un juez de primera instancia de Santa Cruz de Tenerife, que nos ha convocado a una vista oral de medidas cautelares para ver si acepta esa petición del reclamante o podemos seguir expresándonos libremente sin insultar a nadie, cosa que sí hace cada día el ilustre independentista. Hemos buscado por aquí y por allá y hemos descubierto sin mucho esfuerzo que el cariñoso apelativo de don Pepito no fue un invento nuestro, qué va. Todo Tenerife y media Canarias lo conocen por ese nombre, incluidos algunos de sus más avezados colaboradores cotidianos, como Andrés Chaves, que nos lo inculcó desde 1991 a través de sus sentidos artículos en La Gaceta de Canarias. Más recientemente, el 21 de julio 2010, la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife, atendiendo a un recurso del mismo ilustre editorialista contra una sentencia por la que se absolvía a Canarias7, falló que llamarlo “fanático”, “incompetente”, “loco”, “cagueta”, “nazi”... no constituían un ilícito de mercado (que fue lo que denunció don José en un juzgado de lo Mercantil) y que llamarlo don Pepito se enmarcaba en las naturales refriegas del debate público. Nosotros jamás lo hemos llamado “cagueta” o “nazi”, válganos el cielo, ni hemos pretendido atendar contra su lucro cesante ni mucho menos contra su daño emergente. Y “don Pepito”, que es su nombre de guerra, parece difícil catalogarlo como insulto o atentado al honor.

Nos acabamos de quedar petrificados. El director y propietario de El Día, don José Rodríguez Ramírez, no quiere que lo llamemos don Pepito. Se lo ha pedido por favor a un juez de primera instancia de Santa Cruz de Tenerife, que nos ha convocado a una vista oral de medidas cautelares para ver si acepta esa petición del reclamante o podemos seguir expresándonos libremente sin insultar a nadie, cosa que sí hace cada día el ilustre independentista. Hemos buscado por aquí y por allá y hemos descubierto sin mucho esfuerzo que el cariñoso apelativo de don Pepito no fue un invento nuestro, qué va. Todo Tenerife y media Canarias lo conocen por ese nombre, incluidos algunos de sus más avezados colaboradores cotidianos, como Andrés Chaves, que nos lo inculcó desde 1991 a través de sus sentidos artículos en La Gaceta de Canarias. Más recientemente, el 21 de julio 2010, la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife, atendiendo a un recurso del mismo ilustre editorialista contra una sentencia por la que se absolvía a Canarias7, falló que llamarlo “fanático”, “incompetente”, “loco”, “cagueta”, “nazi”... no constituían un ilícito de mercado (que fue lo que denunció don José en un juzgado de lo Mercantil) y que llamarlo don Pepito se enmarcaba en las naturales refriegas del debate público. Nosotros jamás lo hemos llamado “cagueta” o “nazi”, válganos el cielo, ni hemos pretendido atendar contra su lucro cesante ni mucho menos contra su daño emergente. Y “don Pepito”, que es su nombre de guerra, parece difícil catalogarlo como insulto o atentado al honor.