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Las elecciones que ganó Mena

Javier Mena, presidente del Colegio de Arquitectos -demarcación de Gran Canaria- debe pertenecer a eso que Pepillo llama la beautiful people de la arquitectura isleña. El hombre es resultón y además ha hecho algunos proyectos muy interesantes en la isla. La alcaldesa, que lo señala directamente como muñidor tremendo de la campaña contra el PP, contra el istmo y contra el progreso de Gran Canaria, llega a acusarlo de querer mandar sin presentarse a las elecciones. Mira que es. Mena no ha querido nunca ser alcalde, que sepamos, pero sí se presentó a unas eleccioines y las ganó, las del Colegio de Arquitectos, que precisamente entró en crisis porque su anterior presidenta, Ana Kurson, metió al colectivo en un fregado de considerables dimensiones por ser más pepera que el mismísimo Fraga y plegarse a los designios del trío del istmo. O el club del istmo, por hablar con más exactitud, que ahora se lo explicamos. A Mena, por cierto, su asamblea le ordenó plantear batalla contra un concurso que los arquitectos consideran ilegal, y eso parece estar haciendo con fortuna, a tenor del nerviosismo de la otra parte contratante.

Javier Mena, presidente del Colegio de Arquitectos -demarcación de Gran Canaria- debe pertenecer a eso que Pepillo llama la beautiful people de la arquitectura isleña. El hombre es resultón y además ha hecho algunos proyectos muy interesantes en la isla. La alcaldesa, que lo señala directamente como muñidor tremendo de la campaña contra el PP, contra el istmo y contra el progreso de Gran Canaria, llega a acusarlo de querer mandar sin presentarse a las elecciones. Mira que es. Mena no ha querido nunca ser alcalde, que sepamos, pero sí se presentó a unas eleccioines y las ganó, las del Colegio de Arquitectos, que precisamente entró en crisis porque su anterior presidenta, Ana Kurson, metió al colectivo en un fregado de considerables dimensiones por ser más pepera que el mismísimo Fraga y plegarse a los designios del trío del istmo. O el club del istmo, por hablar con más exactitud, que ahora se lo explicamos. A Mena, por cierto, su asamblea le ordenó plantear batalla contra un concurso que los arquitectos consideran ilegal, y eso parece estar haciendo con fortuna, a tenor del nerviosismo de la otra parte contratante.