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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

Excedido de protocolo

Es cierto que Román Rodríguez recuperó fama de anteriores presidentes de Canarias y que su presencia, allí donde se producía, no pasaba precisamente inadvertida. Aparecía como rodeado de un revuelo, quizá por su arrolladora personalidad o quizá porque jamás iba solo. Pero nunca, que sepamos, montó o dejó que montaran a su alrededor un numerito de protocolo como el que vimos el sábado en el puerto de Morro Jable, en Fuerteventura. El acto estaba organizado y producido por la Delegación del Gobierno en Canarias, dada la presencia en el mismo del ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera. Acudió también el presidente de Canarias, faltaría más, y el de Cruz Roja, Juan Manuel Suárez del Toro, además de José Segura, delegado del Gobierno. Se trataba de un acto que se pretendía sencillo, de reconocimiento a la gente de Cruz Roja que se parte el espinazo atendiendo inmigrantes y otras necesidades. Todo ello bajo un sol que rajaba las piedras.

Es cierto que Román Rodríguez recuperó fama de anteriores presidentes de Canarias y que su presencia, allí donde se producía, no pasaba precisamente inadvertida. Aparecía como rodeado de un revuelo, quizá por su arrolladora personalidad o quizá porque jamás iba solo. Pero nunca, que sepamos, montó o dejó que montaran a su alrededor un numerito de protocolo como el que vimos el sábado en el puerto de Morro Jable, en Fuerteventura. El acto estaba organizado y producido por la Delegación del Gobierno en Canarias, dada la presencia en el mismo del ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera. Acudió también el presidente de Canarias, faltaría más, y el de Cruz Roja, Juan Manuel Suárez del Toro, además de José Segura, delegado del Gobierno. Se trataba de un acto que se pretendía sencillo, de reconocimiento a la gente de Cruz Roja que se parte el espinazo atendiendo inmigrantes y otras necesidades. Todo ello bajo un sol que rajaba las piedras.