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Algo falló

A última hora, quizá tras encender el ordenador la mañana del domingo, a alguien se le encendió la bombilla y decidió que mejor era no mandar un abogado de La Caja. Así que en lugar de Alejandro Castro, al directivo de la entidad lo representó un hermético José Sintes, lo que quizá haya tenido que ver con el descontento que manifestaba el encartado. La bronca que el alto ejecutivo de La Caja le metió a su abogado a la salida de los juzgados, fue apoteósica. Desconocemos los motivos, pero seguramente habrán influido mucho en el ánimo del encartado, al que le han impuesto una fianza de 150.000 euros, los tres días que ha tenido que pasar en los calabozos de alguna comisaría de la isla. Las imágenes de Jesús González gesticulando de modo airado ante su abogado fueron obtenidas este domingo por el equipo de Televisión Canaria apostado en los juzgados. Un trabajo el de los medios de comunicación agotador dadas las muchas horas que duraron los interrogatorios y la dificultad que entraña conseguir información de calidad por el secreto decretado sobre el sumario.

A última hora, quizá tras encender el ordenador la mañana del domingo, a alguien se le encendió la bombilla y decidió que mejor era no mandar un abogado de La Caja. Así que en lugar de Alejandro Castro, al directivo de la entidad lo representó un hermético José Sintes, lo que quizá haya tenido que ver con el descontento que manifestaba el encartado. La bronca que el alto ejecutivo de La Caja le metió a su abogado a la salida de los juzgados, fue apoteósica. Desconocemos los motivos, pero seguramente habrán influido mucho en el ánimo del encartado, al que le han impuesto una fianza de 150.000 euros, los tres días que ha tenido que pasar en los calabozos de alguna comisaría de la isla. Las imágenes de Jesús González gesticulando de modo airado ante su abogado fueron obtenidas este domingo por el equipo de Televisión Canaria apostado en los juzgados. Un trabajo el de los medios de comunicación agotador dadas las muchas horas que duraron los interrogatorios y la dificultad que entraña conseguir información de calidad por el secreto decretado sobre el sumario.