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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

La Gran Marina, en Teror

La verdad es que hay cosas que escapan a nuestras entendederas. Podemos comprender que todavía anden Acebes y Jiménez Losantos buscando la conexión asturiana para justiricar las mentiras del 11-M, o que Aznar y Bush nos avisen de que nos quieren convertir en califato para explicar el choque entre civilizaciones. Pero que Pepa y Manolo Soria sigan empeñados en La Gran Marina, la verdad, suena hasta un poco psicodélico. Un mosqueado lector nos describía este lunes con grandes dosis de desconcierto lo que vio este fin de semana en Teror, durante una feria de medianías. En una carpa, la más grande del lugar, con la Guardia Civil en la puerta, se exponían los proyectos más emblemáticos del Cabildo de Soria, provincia de Las Palmas. Entre ellos y en lugar predominante figuraba la dichosa Gran Marina, anulada por Bruselas, por Madrid y hasta por Arnáiz. Lo que no vio nuestro comunicante fueron pulseritas verdes, lo cual nos alivia cantidad.

La verdad es que hay cosas que escapan a nuestras entendederas. Podemos comprender que todavía anden Acebes y Jiménez Losantos buscando la conexión asturiana para justiricar las mentiras del 11-M, o que Aznar y Bush nos avisen de que nos quieren convertir en califato para explicar el choque entre civilizaciones. Pero que Pepa y Manolo Soria sigan empeñados en La Gran Marina, la verdad, suena hasta un poco psicodélico. Un mosqueado lector nos describía este lunes con grandes dosis de desconcierto lo que vio este fin de semana en Teror, durante una feria de medianías. En una carpa, la más grande del lugar, con la Guardia Civil en la puerta, se exponían los proyectos más emblemáticos del Cabildo de Soria, provincia de Las Palmas. Entre ellos y en lugar predominante figuraba la dichosa Gran Marina, anulada por Bruselas, por Madrid y hasta por Arnáiz. Lo que no vio nuestro comunicante fueron pulseritas verdes, lo cual nos alivia cantidad.