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El maleficio aparcero

Nada podemos decir, porque no tenemos ni pajolera idea, del papel que podría estar jugando en toda esta historia Carmelo Ramírez, ex vicepresidente primero del Cabildo y ex hombre fuerte de muchas cosas, incluida La Caja. Muchos le atribuyen, sin embargo, una especie de venganza o maleficio que está provocando extraños fenómenos. Como, por ejemplo, el enrarecido ambiente que presidió la noche de este lunes la reunión que celebraron los empresarios firmantes del famoso crédito de la salvación (9,62 millones de euros) más algún prócer añadido. No hubo cachetones porque los presentes mantuvieron el tipo, pero algunos insultos y acusaciones feas tirando a malsonantes sí que hubo. Aprovechando que sacaron las lenguas a paseo, algunos hasta se contaron cosas acerca de la habilidad de un par de ellos para trincar las perras incluso antes de que pudieran entrar en la cuenta corriente del club. “Me lo deben y me cobro”, dicen que era el grito de guerra. Otro más hábil logró hasta que el mundo creyera que había puesto 200 kilos, y cuando fueron a mirar era preparado lácteo. Este martes pidieron la intervención de Jorge Rodríguez, que acudió con las bendiciones sorianas en toda regla.

Nada podemos decir, porque no tenemos ni pajolera idea, del papel que podría estar jugando en toda esta historia Carmelo Ramírez, ex vicepresidente primero del Cabildo y ex hombre fuerte de muchas cosas, incluida La Caja. Muchos le atribuyen, sin embargo, una especie de venganza o maleficio que está provocando extraños fenómenos. Como, por ejemplo, el enrarecido ambiente que presidió la noche de este lunes la reunión que celebraron los empresarios firmantes del famoso crédito de la salvación (9,62 millones de euros) más algún prócer añadido. No hubo cachetones porque los presentes mantuvieron el tipo, pero algunos insultos y acusaciones feas tirando a malsonantes sí que hubo. Aprovechando que sacaron las lenguas a paseo, algunos hasta se contaron cosas acerca de la habilidad de un par de ellos para trincar las perras incluso antes de que pudieran entrar en la cuenta corriente del club. “Me lo deben y me cobro”, dicen que era el grito de guerra. Otro más hábil logró hasta que el mundo creyera que había puesto 200 kilos, y cuando fueron a mirar era preparado lácteo. Este martes pidieron la intervención de Jorge Rodríguez, que acudió con las bendiciones sorianas en toda regla.