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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

Mientras, en la otra orilla

Los otros dos congresos políticos a la vista se presentan menos búlgaros. En Coalición Canaria no se apaciguan las críticas a Paulino Rivero, que han ido en paulatino aumento desde las elecciones autonómicas de 2011. Si finalmente decide dar el paso y presentarse a la presidencia nacional del partido, podrá sacarla adelante, no sin dejarse algo de piel por el camino. Le ha tocado compartir gobierno con el partido que está en la oposición en España, lo que no tiene que ser electoralmente malo por definición. Peor sería, y así lo van asumiendo los más críticos del nacionalismo, mantener un pacto con el PP y tener que comerse con papas todas las medidas antipopulares que, haya o no conchabo, se iban a tomar de igual modo. El pacto con el PSOE está resultando cómodo para Rivero porque ni José Miguel Pérez le genera tiranteces en el seno del Gobierno ni los altos cargos socialistas están generando problemas de puertas afuera. Más bien al contrario: pese a la que está cayendo, departamentos como la Educación o la Función Pública mantienen un nivel de diálogo laboral muy fluido y en ocasiones de mutua comprensión con los destinatarios de sus denuedos.

Los otros dos congresos políticos a la vista se presentan menos búlgaros. En Coalición Canaria no se apaciguan las críticas a Paulino Rivero, que han ido en paulatino aumento desde las elecciones autonómicas de 2011. Si finalmente decide dar el paso y presentarse a la presidencia nacional del partido, podrá sacarla adelante, no sin dejarse algo de piel por el camino. Le ha tocado compartir gobierno con el partido que está en la oposición en España, lo que no tiene que ser electoralmente malo por definición. Peor sería, y así lo van asumiendo los más críticos del nacionalismo, mantener un pacto con el PP y tener que comerse con papas todas las medidas antipopulares que, haya o no conchabo, se iban a tomar de igual modo. El pacto con el PSOE está resultando cómodo para Rivero porque ni José Miguel Pérez le genera tiranteces en el seno del Gobierno ni los altos cargos socialistas están generando problemas de puertas afuera. Más bien al contrario: pese a la que está cayendo, departamentos como la Educación o la Función Pública mantienen un nivel de diálogo laboral muy fluido y en ocasiones de mutua comprensión con los destinatarios de sus denuedos.