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OPINIÓN | 'A paladas', por Antón Losada

Primero reventar al PSC, luego, a otro partido

No podrá jamás convertirse en un ejemplo de socialista disciplinado quien ha cometido todas estas barrabasadas, a las que hay que sumar la constante campaña de desprestigio que ha encabezado. Porque Corrales solo estuvo callado el día que la Justicia rechazó la petición de medidas cautelares que él y otros militantes solicitaban contra la decisición de la Ejecutiva Federal de suspender a las direcciones insular y capitalina del partido. Mientras eso hacía bajo la dirección jurídica de ese submarino de la derecha canaria en el PSOE que es Eligio Hernández, preparaba su desembarco en otro partido político que ya se conformaba en torno al secretario insular suspendido, Ignacio Viciana. Y ahora habla Corrales de haber recuperado la dignidad, con un desparpajo sólo equiparable a la pacatería incomprensible de la dirección del PSOE, que se ha negado a contar públicamente estos desaguisados absolutamente inadmisibles. Y nada les contamos de la Ejecutiva Insular, sobre la que se cierne una peligrosa auditoría que ya ha empezado a reflejar graves defectos en la gestión.

No podrá jamás convertirse en un ejemplo de socialista disciplinado quien ha cometido todas estas barrabasadas, a las que hay que sumar la constante campaña de desprestigio que ha encabezado. Porque Corrales solo estuvo callado el día que la Justicia rechazó la petición de medidas cautelares que él y otros militantes solicitaban contra la decisición de la Ejecutiva Federal de suspender a las direcciones insular y capitalina del partido. Mientras eso hacía bajo la dirección jurídica de ese submarino de la derecha canaria en el PSOE que es Eligio Hernández, preparaba su desembarco en otro partido político que ya se conformaba en torno al secretario insular suspendido, Ignacio Viciana. Y ahora habla Corrales de haber recuperado la dignidad, con un desparpajo sólo equiparable a la pacatería incomprensible de la dirección del PSOE, que se ha negado a contar públicamente estos desaguisados absolutamente inadmisibles. Y nada les contamos de la Ejecutiva Insular, sobre la que se cierne una peligrosa auditoría que ya ha empezado a reflejar graves defectos en la gestión.