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Opinión - Ir al grano. Por Rosa María Artal

Sánchez, al quinto día resucitó

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Me leí el Manual de Resistencia de Pedro Sánchez, y en estos cinco días de reflexión del presidente del Gobierno llegué a la conclusión de que iba a seguir, y con más fuerza como efectivamente anunció en su comparecencia en La Moncloa. Tenía una sola duda, si su decisión sería afrontando una cuestión de confianza, o simplemente seguir al mando del Gobierno de Progreso. Al final, después de la reflexión larga, emocionante, de cinco largos días, Pedro Sánchez anunció que seguiría, y con más fuerza. Diría por mi parte que tendría que tener también más contundencia, y concretamente con el Consejo General del Poder Judicial ilegal desde hace cinco años, con los Medios de desinformación de extrema derecha, y con el Partido Popular y Vox cuando se extralimiten en sus críticas y salidas de tono que enervan a la sociedad civil con las grandes tensiones que se viven en el Congreso de los Diputados. En este aspecto, la presidenta Francina Armengol tendría que ser más firme con los escándalos que organizan PP y Box, con llamadas al orden a quienes sean repetitivos, con expulsión incluso del Congreso por gamberros.

Pedro Sánchez se ha convertido en un experto en resistencia. Fue expulsado el 1 de octubre de 2016 de la secretaría general del PSOE en un Comité Federal vergonzoso que por influencia de Felipe González desde fuera, y Susana Díaz desde dentro, le puso de patitas en la calle, pero Sánchez resistiendo cogió su coche, recorrió toda España, y el 21 de mayo de 2017 ganó las primarias derrotando a Susana Díaz y a todo el viejo aparato del partido con Felipe González y Alfonso Guerra a la cabeza, y volvió a tomar el mando en el PSOE. Ahora ha vuelto a resistir a los furibundos ataques que han llegado incluso a su mujer, Begoña Gómez, a su familia, incluidos su padre y hermano. Pero con la confirmación de su permanencia en la presidencia tiene que haber un cambio de su actitud, profundizar más en su política progresista en España, con mayores subvenciones a la Sanidad, Educación y Vivienda pública, la asistencia social, aumentar los salarios mínimos y las pensiones, y otras medidas populares, derogar de una vez la Ley Mordaza, y en política internacional no tener diferencias contradictorias internacionales. Reconocer tanto al Estado Palestino como a la República Árabe Saharaui Democrática. Un resumen escueto de muchas cosas que ahora tendrá que cambiar para justificar su reflexión de cinco días y su resurrección final.  

Me leí el Manual de Resistencia de Pedro Sánchez, y en estos cinco días de reflexión del presidente del Gobierno llegué a la conclusión de que iba a seguir, y con más fuerza como efectivamente anunció en su comparecencia en La Moncloa. Tenía una sola duda, si su decisión sería afrontando una cuestión de confianza, o simplemente seguir al mando del Gobierno de Progreso. Al final, después de la reflexión larga, emocionante, de cinco largos días, Pedro Sánchez anunció que seguiría, y con más fuerza. Diría por mi parte que tendría que tener también más contundencia, y concretamente con el Consejo General del Poder Judicial ilegal desde hace cinco años, con los Medios de desinformación de extrema derecha, y con el Partido Popular y Vox cuando se extralimiten en sus críticas y salidas de tono que enervan a la sociedad civil con las grandes tensiones que se viven en el Congreso de los Diputados. En este aspecto, la presidenta Francina Armengol tendría que ser más firme con los escándalos que organizan PP y Box, con llamadas al orden a quienes sean repetitivos, con expulsión incluso del Congreso por gamberros.

Pedro Sánchez se ha convertido en un experto en resistencia. Fue expulsado el 1 de octubre de 2016 de la secretaría general del PSOE en un Comité Federal vergonzoso que por influencia de Felipe González desde fuera, y Susana Díaz desde dentro, le puso de patitas en la calle, pero Sánchez resistiendo cogió su coche, recorrió toda España, y el 21 de mayo de 2017 ganó las primarias derrotando a Susana Díaz y a todo el viejo aparato del partido con Felipe González y Alfonso Guerra a la cabeza, y volvió a tomar el mando en el PSOE. Ahora ha vuelto a resistir a los furibundos ataques que han llegado incluso a su mujer, Begoña Gómez, a su familia, incluidos su padre y hermano. Pero con la confirmación de su permanencia en la presidencia tiene que haber un cambio de su actitud, profundizar más en su política progresista en España, con mayores subvenciones a la Sanidad, Educación y Vivienda pública, la asistencia social, aumentar los salarios mínimos y las pensiones, y otras medidas populares, derogar de una vez la Ley Mordaza, y en política internacional no tener diferencias contradictorias internacionales. Reconocer tanto al Estado Palestino como a la República Árabe Saharaui Democrática. Un resumen escueto de muchas cosas que ahora tendrá que cambiar para justificar su reflexión de cinco días y su resurrección final.