Moisés Trujillo, el único portero que hace sombra al 'Pato' Abbondanzieri

Abbondanzieri, único portero de la máxima categoría imbatido en su estadio, sólo tiene un rival que puede hacerle sombra entre los 486 equipos que componen el espectro del fútbol español: se llama Moisés Trujillo, juega en el Universidad Las Palmas de Gran Canaria de Segunda B, y tampoco ha recibido un gol en su terreno de juego.

De la misma forma que el arquero del Getafe, Moisés también es un veterano futbolista. Tiene 36 años, y desde que era un imberbe, sus cinco sentidos han estado pendientes de tres palos y una red. Todavía recuerda cuando en el Estadio Insular, a principios de los años 80, observaba los calentamientos del portero de la Real Sociedad, el mítico Luis Miguel Arconada.

“Me llamaba la atención su condición corporal, sus piernas, sus gemelos, y, sobre todo, cómo volaba y lo agresivo que era en todas sus acciones. Todavía conservo una foto que me hice con él. Yo era muy pequeño”, recordó.

Más de 20 años después de aquella fotografía, Moisés lucha con su equipo por ascender a Segunda División, y, de momento, su club es líder de la clasificación después de 14 jornadas de competición. “Me quiero meter cuarto injustamente, que no lo merezcamos y ascender. Nosotros todos los años hacemos una temporada que no veas y al final nada”, dijo.

Moisés está acostumbrado a no conseguir demasiados éxitos deportivos. Su trayectoria ha sido muy larga, pero a diferencia del Pato Abbondanzieri, no ha ganado ninguna Copa Intercontinental. Comenzó su carrera muy joven en la UD Las Palmas, y como la gran mayoría de los futbolistas que no alcanzan la elite, deambuló por muchos equipos, como el Maspalomas o el Mensajero.

“Soy profesional desde los 17 años, cuando debuté en Segunda División B. En la categoría más alta que he jugado ha sido en Segunda, aunque entrené con la UD Las Palmas cuando estaba en Primera, pero nunca debuté. Siempre me quedado en las puertas pero no me han dejado, han tenido miedo”, bromeó.

Son curiosas las coincidencias de Moisés con el guardameta del Getafe. Uno de los maestros del portero canario fue el mítico Daniel Carnevali, cancerbero argentino que formó parte de la mejor época de la UD Las Palmas. “Carnevali, fue mi ídolo y mi entrenador. Igual que hacen con el Pato, él me ataba a los palos con gomas elásticas, y me enseñó todo de la escuela argentina. Saco igual que él, y reconozco que copio su estilo”, afirmó.

El ídolo de Abbondanzieri, como él ha dicho en muchas ocasiones, es Ubaldo Matildo Fillol, arquero que ganó el campeonato del Mundo con Argentina en 1978, y que curiosamente retiró a Carnevali del combinado albiceleste en 1974.

En la batalla de mitos, el portero del Getafe gana al humilde Moisés, pero el canario todavía aguanta el envite del argentino y se resiste a perder el título de imbatibilidad que comparte con el Pato. “Si él quiere, me juego una cena a que yo paso más tiempo sin que me marquen un gol en mi estadio”, apostó.

Un buen premio para Moisés, aparte de la cena, sería conseguir los guantes de Abbondanzieri. Desde hace años colecciona manoplas de guardametas, y en su casa guarda las de algunos porteros como Peter Smeichell, Santi Cañizares, Francisco Liaño o Thomas Ravelli. “Pude conseguir los del Pato la semana pasada, pero me dio vergüenza pedírselos a mi amigo Alexis, que jugó con el Levante en el Coliseum”, indicó.

El portero grancanario todavía aguanta. Moisés no es menos que el Pato. También para penaltis decisivos, pero este domingo tiene su primera final. Juega en su estadio frente a la Gimnástica y puede perder el trono que comparte con el portero getafense, que viaja a San Sebastián.

Si este fin de semana una pelota acaricia la red de su portería, Moisés no perderá la sonrisa y su buen humor. Nada le impedirá hacer lo que más le gusta. Ni coleccionar guantes, ni recibir balonazos. El canario adora dar largos paseos con sus dos hijos. Curioso. Abbondanzieri también tiene esa saludable afición.

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