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Fernando Clavijo, en posición

Paulino Rivero ha sufrido una amarga victoria este fin de semana en el V Congreso Nacional de Coalición Canaria. Y no de manos de Antonio Castro, incombustible tocador de narices llegado cada momento congresual o de elaboración de listas, cuando entona, del modo meloso que solo un palmero puede ejecutar, el soniquete de “y de lo mío qué”. Cierto que Castro hizo sus escaramuzas en este congreso, con su desplante la noche del sábado cuando vio derrotada su enmienda a la nueva estructura orgánica del partido quejándose de que fuera poco democrático aplicar el reglamento. Casualmente lo que a él le dicen algunas de sus señorías cuando hace lo propio desde su puesto como presidente del Parlamento. No, la fisura no vino esta vez por La Palma, sino por Tenerife, y no de manos de cualquiera sino de un poderoso grupo de destacados e históricos dirigentes como Ricardo Melchior, Ana Oramas o José Miguel Ruano, o de evidentes valores en alza, como el alcalde de La Laguna, Fernando Clavijo, un indiscutible candidato a suceder a Paulino Rivero cuando alcance su esplendor el nuevo ciclo.

Paulino Rivero ha sufrido una amarga victoria este fin de semana en el V Congreso Nacional de Coalición Canaria. Y no de manos de Antonio Castro, incombustible tocador de narices llegado cada momento congresual o de elaboración de listas, cuando entona, del modo meloso que solo un palmero puede ejecutar, el soniquete de “y de lo mío qué”. Cierto que Castro hizo sus escaramuzas en este congreso, con su desplante la noche del sábado cuando vio derrotada su enmienda a la nueva estructura orgánica del partido quejándose de que fuera poco democrático aplicar el reglamento. Casualmente lo que a él le dicen algunas de sus señorías cuando hace lo propio desde su puesto como presidente del Parlamento. No, la fisura no vino esta vez por La Palma, sino por Tenerife, y no de manos de cualquiera sino de un poderoso grupo de destacados e históricos dirigentes como Ricardo Melchior, Ana Oramas o José Miguel Ruano, o de evidentes valores en alza, como el alcalde de La Laguna, Fernando Clavijo, un indiscutible candidato a suceder a Paulino Rivero cuando alcance su esplendor el nuevo ciclo.