Declaraciones

Jorge Javier ensalza 'Sálvese quien pueda' y evalúa a todos sus protagonistas, con Kiko Hernández como el peor parado

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Redacción verTele

No ha pasado ni una semana desde el estreno de las tres primeras entregas de Sálvese quien pueda, y Jorge Javier Vázquez ha querido expresarse largo y tendido sobre el trabajo que sus excompañeros de Sálvame realizan en este nuevo formato para Netflix. Lo hace en una extenso texto para Lecturas, publicado en cinco largas páginas en su versión impresa.

El comunicador, ausente de los medios desde la cancelación de Cuentos chinos, sobre la que también reflexionó en las mismas páginas semanas atrás, realiza un pormenorizado análisis de la propuesta de La Fábrica de la Tele. O más en concreto, de sus tres primeros episodios, lanzados el pasado viernes 10 de noviembre.

Jorge Javier hace una ferviente defensa del formato, incidiendo en el “equipo dirigido por el brillantísimo David Valldeperas”, recordando que “pergeñó en un tiempo récord un reality de seis capítulos”, y celebrando que “consiguieron no solo sacar adelante el trabajo, sino algo mucho más importante: seguir creando magia”. Define a sus excompañeros como “ocho bestias de la comunicación”, y aunque reconoce que “la excusa del reality es algo endeble”, en realidad es para defender el talento de sus protagonistas: “Arrasan con todo. Solo quieres verlos a ellos. A todas horas. Hay veces que hasta me sobran los planos recurso”.

El presentador excluye a los que no eran fans: “Otra cosa es que ellos no te gustaran antes. Entonces olvídate porque no te van a gustar ahora”, y adelanta que vislumbra más temporadas del reality: “No dudo que habrá una segunda temporada. Y una tercera”. A continuación, va hablando uno por uno de cada protagonista, empezando por Belén Esteban y terminando por Víctor Sandoval:

  • Belén Esteban:

Es a la que más texto dedica, asegurando que “de tenerla tan cerca me había olvidado de lo que era” y definiéndola como “una máquina de televisión con patas. Un ser humano ideado para vivir delante de las cámaras”. Para Jorge Javier, Belén Esteban “consigue en este reality rizar el rizo de una manera apabullante: no hay manera de desviar la mirada hacia otro lugar cuando ella, the queen, aparece en pantalla. Lo de princesa ya se le queda corto”, pese a bromear con que “camina con la elegancia de un tractor con remolque”.

Jorge Javier celebra que “el tiempo no le ha pasado por encima. Sigue más vigente que nunca”, y reconoce estar asombrado por “el dominio del universo musical de la Esteban”, elogiando a su amiga porque “sorprende que una mujer como ella, de las más populares del país, viva con esa candidez la admiración hacia cantantes o actores. Es lo que le hace estar tan viva y seguir siendo tan grande”. El presentador reconoce que “tiene salidas y reacciones propias que parecen ideadas por guionistas en estado de gracia”, pero sentencia: “En este reality Belén Esteban demuestra que cuando pone a funcionar la maquinaria es, simple y llanamente, una profesional arrolladora”.

  • María Patiño:

Sobre la también presentadora de Sálvame, Jorge Javier destaca que “con este reality se ha lanzado a la piscina sin saber si estaba llena y comparte generosamente esa parte de su personalidad que solo conocemos sus próximos”, refiriéndose a su ingenuidad y emocionalidad.

Resalta que Patiño se enfrenta a este trabajo “con un compromiso extremo, dejándose llevar”, y le dedica un mensaje: “María tiene muchos miedos a participar en programas como este pero ya es hora de que se dé cuenta de que esos miedos no tienen ningún sentido. Está para comérsela, para llevársela a casa para siempre. Dan ganas de abrazarla a todas horas y decirle que no se preocupe, que todo irá bien, que los malos no siempre ganan”.

  • Kiko Matamoros:

Tener a Matamoros en un programa es un lujo. No hay más”. Así de contundente es Jorge Javier sobre el tertuliano, al que define como “un gentleman de Madrid, un dandy grandote y castizo que por mucho que se empeñe en ir de malote ya no cuela”. Sin escatimar en halagos al siempre polémico colaborador televisivo, el presentador califica como “una delicia” la actitud que tiene en el programa y destaca su actitud.

Matamoros rema sin descanso durante todo el reality y se nota. No se le escapa ni una. Está atento a todo lo que sucede en todo momento”, prosigue Vázquez, que también pone en valor el disfrute que se hace ostensible en él. “Es un gozo ver a un señor tan grandón pasándoselo pipa trabajando en algo tan absurdo. Pero, sobre todo, es una auténtica maravilla comprobar que no puede ocultar el cariño que tiene a los que permanentemente pone al límite”.

  • Lydia Lozano:

A Lozano la define como “la diana ideal para poner en marcha una trama”, algo más que lógico teniendo en cuenta cómo el reality redunda en los conflictos que ha tenido o tiene abiertos en televisión. “Es la única persona que ha tropezado millones de veces con la misma piedra, pero ahí sigue”, dice de ella, “inasequible al desaliento”. “Profesional apasionada” para Vázquez, “Lydia ama la tele no porque mate por una cámara. Eso es algo accidental, algo inherente a su curro [...] Lydia se entrega a la televisión porque es su trabajo, pero habría desempeñado con pasión cualquier otro que hubiera elegido”.

El presentador pide “no verla sentadita en un plató comentando”, sino “despertándose, hablando con sus amigas, poniendo verde a Terelu, saliendo de marcha, aguantando las pullas de Matamoros”. “Siento decirle que el programa la ha colocado en un lugar tan complicado como interesante. No creo que haya muchos proyectos a su altura”. De hecho, llega a compararla con la mismísima Bette Davis: “Vas a tener que pedir trabajo porque no te van a salir proyectos. A ver quién te ofrece algo donde puedas brillar como te mereces”.

  • Víctor Sandoval:

A Sandoval lo destaca como “la gran sorpresa del reality”, después de no haber puesto en él “demasiadas expectativas”. “Me ha encantado aceptar que me equivocaba”. “Cuando explota hay que echarse a temblar”, añade Vázquez sobre quien fuera presentador de Mamma Mía: “Sigue entusiasmándome su historia con Nacho Polo”, dice, tildando de “brillante” la visita que hace a la casa que compartían en Miami.

“Cuando quiere, puede. Tiene que vencer ese espíritu derrotista que lo aplasta y la sensación de perdedor a tiempo completo pero tampoco del todo, porque son sus grandes bazas dramáticas”, aconseja con el deseo de “seguir viéndolo”. “Ojalá que en próximas temporadas lo veamos con una ilusión, sea la que sea”, concluye su opinión de él, y le augura “nuevas y sorprendentes oportunidades laborales”.

  • Terelu Campos:

“Terelu Campos es como esa Lisboa que retiene restos de un pasado majestuoso pero que ya no se esfuerza en conquistar el ojo ajeno porque sabe lo que fue pero no muere por volver a ello”, comienza Vázquez al expresar su opinión de la hija de María Teresa Campos, a la que compara con “esas turistas británicas de cierta edad que deambulan por Magaluf con esa libertad que te da saber que te pasas por el mismísimo lo que opinen de ti”.

“Desprovista ya de cualquier prejuicio, Terelu se convierte aquí en una guest star para la eternidad”, dice sobre la presentadora en virtud de su trayectoria profesional. “Tiene el santo papo de decir que ella es mejor presentadora que colaboradora y desde aquí ya le digo yo que no”, dice de ella, una “diva catódica gruñona a la que te llevarías a cualquier viaje porque tienes la diversión asegurada”.

  • Chelo García Cortés:

Sobre Chelo García Cortés pesan sus siempre comentados mutismos. Vázquez los pone en valor y dice que “el silencio es lo mejor de su repertorio”. “No tiene nada que demostrarnos aunque ella se empeñe en recordarnos que un día entrevistó a su alter ego Robert Redford. ¿O fue a Paul Newman? No me acuerdo”, bromea Jorge Javier, que reconoce emocionarse “hasta la lágrima” en un momento dado de Sálvese quien pueda con Chelo, cuando llora porque le han echado en cara su poca participación. “Tienes que hacer serios esfuerzos para no tener que echarte a llorar con ella. Y te pones a rezar todo tu repertorio para que Chelordomo no desparezca nunca de nuestras vidas”.

  • Kiko Hernández:

Para el final deja a Kiko Hernández. A este ya le dedicó duras palabras en la distancia, a cuenta de su declaración de homosexualidad en la recta final de Sálvame y su posterior boda con Fran Antón. Lo calificó, también en Lecturas, como un “perfecto desconocido”, pese a la larga amistad que mantenían.

“Desde que Fran apareció en su vida lleva ese nombre tatuado en la mente, en el corazón y en cada uno de los poros de su cuerpo. Y todo lo que sea él no existe. De ahí que en los tres episodios del reality Kiko no logre encontrar el tono”, escribe Jorge Javier sobre Hernández, al que dedica unos comentarios menos elogiosos. “Vive de rentas”, asegura, aunque a la vez aclara que no pretende hacer un “reproche” por su entrega en el pasado. “Ha descubierto una vida fuera y no parece que esté dispuesto a volver a ese Kiko arriesgado y transgresor que nos deleitó con su maldad”, agrega sobre el ahora actor. “Yo lo quiero seguir viendo pero debe ofrecerme mucho más”. “Es una crítica, sí, pero se la ha ganado a pulso: ha dado tanto que ahora no nos conformamos con que se dedique a tirar de oficio. Que lo tiene y mucho”.

Jorge Javier parece querer establecer un conato de acercamiento. Aprovechando que en el programa declara “que siempre había tenido clara su orientación sexual”, el expresentador de Sálvame expone: “Y yo que pensaba que lo suyo había sido de una pedrada accidental. Cuando lo vea me va a escuchar”.

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