La APM expresa al Rey su preocupación sobre el control de la “telebasura”
La Junta Directiva de la Asociación de la Prensa de Madrid, encabezada por su presidente, Fernando González Urbaneja, aprovechó una audiencia con el Rey (lunes 4) para presentar y entregarle en persona una declaración aprobada por la entidad en la que manifiesta su “seria preocupación” por la corriente de opinión que trata de aprovechar el descrédito del periodismo rosa y la proliferación de la denominada 'telebasura' para controlar el trabajo periodístico. Según el documento, estas propuestas “nacen del legítimo rechazo ante la multiplicación de un pretendido periodismo que subvierte la tarea de informar en el que intervienen y participan falsos periodistas a los que algunos medios han convertido en personajes públicos, que no admiten límites en sus actuaciones y que someten a otros a seguimientos insufribles hasta convertirlos en víctimas”. La declaración indica que, aunque la mayoría de los periodistas ejercen su labor con seriedad y rigor, “en ningún caso se debe olvidar la obligación de respetar la vida privada de las personas, criterio y exigencia de tanto calado como el derecho a saber del público”. “La pugna por las audiencias no debe admitir formas espurias de información y mala práctica profesional”, advirtió. La Asociación de la Prensa añade que frente a esos excesos existe legislación suficiente para garantizar los derechos “sin nuevas normas que puedan conducir a un recorte indeseable de la libertad de información o a una intromisión contraproducente en el trabajo de los periodistas”.
La APM apela a la inteligencia y sensibilidad de editores y programadores, responsables últimos de la emisión de esos programas, “para que tengan en cuenta el respeto al público, al buen gusto y muy especialmente el cuidado a las audiencias infantiles”. Además, les insta “a que rechacen el pago de informaciones por pretendidas exclusivas y que eviten la exaltación de instintos primarios, el asalto a la intimidad y el abuso de una posición avasalladora en sus programas”.
Finalmente, advierte que estará “atenta” para señalar “a quienes conculquen dichos principios y a propiciar sistemas de autorregulación, bien conocidos en otros países avanzados y libres, que contribuirán a una buena práctica profesional”.