De esta manera, se han alcanzado los 3,6 millones de usuarios y unos ingresos totales de 1.153 millones de euros, según un informe de la consultora DBK. Estas cifras se encuentran por debajo de las expectativas iniciales generadas en el sector respecto a las nuevas formas de ver televisión, debido a las dificultades que están encontrando las cadenas para amortizar sus elevadas inversiones en contenidos, según informa la revista electrónica Ganar. Desde 1996, el número de abonados a televisiones de pago ha pasado de 1,37 millones en 1996 a 3,6 millones en 2001, con un incremento anual superior al 20 por ciento. “No obstante, en un contexto de menor dinamismo económico, el número de abonados a canales de televisión de pago aumentó en 2001 un 20,9 por ciento, frente al incremento del 31,7% obtenido en el año anterior”, añade el estudio. En 2001, las cuotas de los abonados representaron unos ingresos directos cuotas de 1.100 millones de euros para las compañías, a los que hay que sumar los 43,8 millones en concepto de publicidad (un 2,3% de los 1907 millones de ventas publicitarias de las cadenas en abierto). El 90% de los ingresos por cuota de abonado corresponden a televisiones terrestres y vía satélite, mientras que apenas el 10% de los 1.100 millones fueron a engrosar las arcas de los operadores de cable. El informe señala que la ausencia de descodificadores y televisores digitales, y el insuficiente ancho de banda están frenando el proceso de transición desde la tecnología analógica a la digital en un sector cuya evolución depende, principalmente, del ritmo de captación de nuevos abonados que logren imprimir las dos plataformas vía satélite en proceso de fusión.