Mireia Belmonte: “Las dos medallas valen igual”

“¿Más presión? La primera que me exijo soy yo”

LONDRES, 4 (del enviado especial de EUROPA PRESS, Gaspar Díez)

La nadadora española Mireia Belmonte da el mismo valor a la medalla de plata que logró este viernes en los 800 libres que la conseguida el pasado miércoles en los 200 mariposa en el Aquatic Center y dice que no le asusta que, a partir de ahora, el público y la prensa la vayan a exigir más, porque ella misma es la que se coloca siempre el listón muy alto.

“Las dos medallas valen igual. Una un poco más luchada que la otra porque era más larga. Pero todas las rivales eran muy fuertes y antes de empezar no sabes lo que va a pasar porque todo el mundo esta muy fuerte. Ganar ayer a Rebecca Adlington era impensable. Era la favorita, tenía a todo el público a favor y antes de salir la piscina se derrumbó”, rememoró Mireia Belmonte en una rueda de prensa en el MPC del Parque Olímpico.

Belmonte empieza a asimilar su gesta, que es la única nadadora española que se ha colgado dos medallas en unos Juegos, pues este viernes en la piscina aún estaba un poco confusa. “Hoy estoy mucho más contenta y lo he asimilado más. Espero que esto sea el principio de que haya más atención hacia la natación porque es un deporte muy sacrificado, muy duro y es muy difícil conseguir resultados. Son muchas horas de trabajo”, reivindicó.

Y es que la nadadora del Club Natación Sabadell ha llevado una rutina monacal hasta llegar al podio de Londres. Un día normal se levanta a las cinco de la mañana, desayuna, coge el coche para ir a entrenar, a las 6 menos cuarto entra en la piscina y ahí media hora de entrenamiento 'en seco' y dos horas y media de natación, después otra hora y media de gimnasio y, si le da tiempo, incluso estudia, descansa, come y vuelta al entrenamiento con otra hora u hora y media de 'seco' y dos horas y media de natación. En total, ocho o nueve horas al día.

Su entrenador, Fred Vergnoux, le ha hecho ser más disciplinada, más constante. Algunas semanas ha hecho 120 kilómetros en la piscina, “algo impensable” hace unos años, reconoce la propia Mireia y ha ganado masa muscular, tanto que es capaz de levantar 120 kilos en sentadilla. “He mejorado mucho en todos los aspectos, también personalmente. Hemos crecido juntos y no puedo estar más agradecida. El creo que no se lo cree mucho todavía. El primer día estaba llorando”, confesó.

Sobre si Londres 2012 se recordarán en España como los Juegos de Mireia, dijo que no lo sabe, pero que ella “sí los va a recordar”. “Todavía no me lo creo, porque estamos como aislados y no salimos de la Villa, pero cuando llegue a casa y tenga el calor de los míos lo iré asimilando poco a poco. Seguro que mis medallas tienen que ser el inicio de muchas medallas que van a venir estos días”, deseó en alusión a la sincronizada, waterpolo o aguas abiertas.

“GANAR MEDALLA ERA UNA COSA IMPENSABLE”.

Belmonte no teme tener más focos ahora sobre su persona después de los éxitos en el Aquatic Center. “La primera que me exijo siempre soy yo. Siempre intento dar lo máximo de mí en cada entreno. Sé que me va a exigir más y tengo mucha ganas de competir en el Mundial del año que viene. Nunca he hecho una competición internacional tan importante en casa y, además, podrá estar mi familia allí, que esta vez no ha podido estar”, indicó.

Tampoco quiere pensar aún en el futuro, ni en las pruebas que disputará en Barcelona 2013. “¿Que no tengo límites? Lo de que no tengo lo dice Fred, yo no estoy muy de acuerdo con él. Es difícil decir que no tienes límites. En el Europeo me salió muy bien el 1.500, quedando muy cerca del récord de España de Erika. No sé todavía en qué voy a competir. Ahora toca descansar, hacer vida de gente normal y corriente y después, cuando empiece a entrenar otra vez, pensar en Barcelona”, señaló.

Antes de viajar a Londres no se le pasaba por la cabeza que podía conseguir una medalla y menos en una carrera en la que se nadó a ritmo de récord del mundo hasta los 700. “Ganar una medalla era una cosa impensable. Con llegar a una final y bajar de mis marcas estaba contenta. Ahora tengo mucha más confianza. Era consciente de que íbamos rápido, pero no del tiempo que estábamos haciendo. ¿Referente? No soy la única referente de la natación porque todos tenemos que ser referentes porque llegar aquí es muy importante”, subrayó.

Pero no todos han sido buenos momentos hasta llegar a la cumbre, a la gesta de Londres. “Dejarlo nunca lo he pensado, porque siempre he disfrutado mucho y sabes que puede tener su recompensa. Pasarlo mal, lo he pasado mal. Como cuando vamos a Sierra Nevada, porque son entrenos muy duros y con el problema del asma me cuesta el doble. No sales casi del centro aunque, al mismo tiempo, disfrutas por el ambiente que hay de todos mis compañero del Sabadell”, explicó.

CARPENA: “MIREIA ES EL REFERENTE DEL CAMBIO”.

A su lado, el presidente de la Real Federación Española de Natación, Fernando Carpena, dejaba toda la atención a Mireia. “Nosotros, cuando entramos, hemos mirado siempre hacia delante. Coordinar y apoyar, el esfuerzo lo han puesto los deportistas. El suyo personal y el de los técnicos. Hemos colaborado en su preparación. Lo que han convenido su entrenador con nuestra dirección técnica. Ha establecido unos criterios muy estrictos y apoyar a los que se lo merecen. Es la base de este cambio y Mireia es el referente”, comentó.

Belmonte aún repasaba los últimos cien metros de la final de 800. “Soy una nadadora que va de menos a más y que nada la segunda parte de la prueba mucho más rápido que el resto”, apuntó, aunque admitió que estaba un poco confusa porque no sabía si iba tercera o cuarta. “Sólo veía muchos brazos y muchas piernas y, a medida que iba pasando la prueba, cuando vas a adelantando a la gente, vas cogiendo más fuerza”, relató.

A la barcelonesa no le sorprende el triunfo de la estadounidense Katie Ledecky, sólo 15 años en el carné, porque los 'trials' (pruebas de selección) son como Campeonatos del Mundo y están más acostumbrados a nadar con más público y a nivel de estrés mucho más que los europeos. “Hay mucha gente joven, pero si estás preparada da igual la edad que tengas. Tienes que competir bien y ya está”, sentenció.

Y Mireia, con la plata del 800 colgada todo el rato, se marchó a ver el London Eye, luego hará compras en el centro comercial de Stratford, a la entrada del Parque Olímpico y a ver lugares emblemáticos de la capital británica, que ya nunca olvidará. “¿Dónde está la otra medalla?”, le preguntó la prensa. “La dejé en un armario y he perdido las llaves”, dijo entre risas la mejor nadadora de la historia olímpica española.

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