Tenerife, la isla del guachinche, captó el 97% de toda la uva importada en 2016

Proceso de vinificación, en una bodega radicada en Canarias

D. M.

Santa Cruz de Tenerife —

Tenerife fue el territorio que más uva recibió de fuera en 2016 en toda Canarias, el último ejercicio con vendimia realizada, para procesarla y convertirla en vino en establecimientos locales. La isla en la que reina el guachinche, la que con una diferencia abrumadora vende más caldos a granel en Canarias (en teoría todo del país) y la que a la vez más superficie cultivada tiene destinada a viñedos para la producción calidad (con cinco denominaciones de origen comarcales -Tacoronte Acentejo, Valle de La Orotava, Ycoden-Daute- Isora, Valle de Güímar y Abona- y con la aportación de la regional Islas Canarias) también se caracterizó el año pasado por ser la que acaparó el 97% de todos los kilos de uva de vinificación que se importaron con destino a bodegas de las islas.

Según los datos facilitados este jueves por la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas del Gobierno de Canarias, que dirige Narvay Quintero, Tenerife introdujo nada más y nada menos que casi 0,6 millones de kilos (577.260) de uva con procedencia exterior, lo que supuso el 97% del registro global ofrecido por los Puestos de Inspección Fronteriza (PIF) al Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria para todo el archipiélago, con un dato integral de 595.051 kilos. Aparte de Tenerife, que domina este negocio, la uva de otras comunidades autónomas de España o del extranjero llegó a islas como La Palma, la segunda en el ranking, o Gran Canaria.

Con esos casi 0,6 millones de kilos de uva importada, solo en Tenerife se pudieron llegar a producir unos 400.000 litros de vino, cantidad que en teoría, o al menos en parte, debe estar disponible como vino nuevo sobre todo a granel en esta isla (o en otras, si ha sido reexpedido), además para su consumo en un periodo en que no ha habido mucha cosecha de uva para la vinificación propia, la recogida en 2016, pues, sin duda, la vendimia pasada fue muy mala en términos generales, con una reducción de cosecha en torno al 50% (unos 2,7 millones de kilos de uva en DOP).

La cantidad total de uva importada llegó a solo ocho operadores, casi seguro mayoristas, y la entrada se produjo a través de 42 operaciones. Por variedades, hubo 363.052 kilos de tempranillo, 164.597 de monastrell, 37.480 de macabeo, 16.613 de tintorera y 13.309 de syrah, todas cepas muy poco introducidas en las islas.

Tal y como informó la Consejería este jueves, el ICCA ha realizado en esta campaña controles en la distribución y además ha hecho el seguimiento de la uva de vinificación importada, esto desde los agentes que la traen hasta los clientes finales, es decir, las bodegas de recepción (mayoristas). Según desveló el ICCA, se controlaron 657 ventas que corresponden a 507.256 kilos de uva, lo que supuso el 88% del total de la importada.

En estas comprobaciones, se examinaron las facturas y documentos de acompañamiento para detectar las bodegas que adquirieron la uva de importación y así ver si se había producido algún fraude en su utilización.

Las bodegas que adquirieron más de 5.000 kilos de uva importada fueron cinco, y 20 -19 sin DOP y una con DOP- las que compraron más de 2.000 kilos. Todas estas han sido controladas con el fin de determinar si se realizó un uso adecuado, ajustado a la norma de aplicación.

El ICCA también ha trasladado la información sobre los compradores de uva de importación al Cabildo de Tenerife, para que esta administración pública compruebe si alguno correspondía o estaba asociado a un guachinche. Todas estas tareas de control se seguirán realizando a lo largo de 2017, garantizó Agricultura.

En el año 2016, las intervenciones realizadas en este sector condujeron a la apertura de nueve expedientes sancionadores. Solo en un caso se detectó que se había utilizado uva de fuera para vender vino en Canarias con la supuesta comisión de un fraude.

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