El capitán del CD Tenerife, Aitor Sanz, ha manifestado que el equipo blanquiazul debe pensar ya en el “difícil partido” que les espera el próximo sábado en Vitoria ante el Deportivo Alavés, ya que si se recrean en la goleada en el reciente derbi ante la UD Las Palmas, el rival les pasará “por encima”.
El centrocampista madrileño ha reconocido en rueda de prensa que la alegría por el 4-1 al eterno rival “siempre queda ahí” y un partido así “costará olvidarlo”, pero ya deben mentalizarse en un encuentro ante “otro rival que luchará por el ascenso directo” como el Alavés, sin olvidar que el Tenerife no está teniendo esta temporada “solidez y regularidad” en sus partidos fuera de casa.
El jugador blanquiazul ha añadido que a pesar del amplio triunfo del pasado sábado, su derbi favorito es “el del año pasado en Gran Canaria”, en el que vencieron por 1-2 en la semifinal por el ascenso.
Sin embargo, prefiere “pasar página” y centrarse en el “partido a partido”, porque el fútbol le ha enseñado que hay que ser “un martillo pilón” cada semana, y su foco está puesto ya en un Alavés que considera incluso “más peligroso” tras sus cuatro últimos resultados, en los que no ha logrado ganar, con dos derrotas y dos empates, sin marcar ningún gol.
“Es un equipo con gente rápida arriba y jugadores importantes en la categoría. Tenemos que estar juntos, ser un equipo corto y tener ayudas continuas para que no haya duelos individuales. Cuando un equipo está arriba, no suele tener resultados negativos consecutivos, por lo que sus niveles de atención el sábado van a ser muy altos”, ha explicado.
Aitor Sanz cree que a diez jornadas para el final de LaLiga SmartBank “hay tiempo para todo, para agobiarnos con el descenso o mirar hacia arriba”, porque en el caso de ganar en Vitoria estarán “más cerca” de la zona alta, pero si no lo hacen, pueden meterse “en problemas”, por lo que todo dependerá de “seguir cosechando victorias” para dar “continuidad” al resultado del pasado sábado.
En cuanto a su posible renovación, el veterano jugador madrileño, de 38 años, quiere “disfrutar del momento, exprimirlo al máximo y no mirar más allá”, por lo que no ha tomado aún una decisión sobre su futuro, pero sí admite que “cuando el final está tan cerca, uno lo disfruta más, incluso en los malos momentos”.