Aportar voluntariamente en primarias

Pienso que las cosas de la democracia aparentan avanzar a saltos, pero no es así, son las leyes las que siempre llegan tarde. Eso es al menos lo que sentí cuando me amnistiaron en el 77, o se aprobó la constitución de 1978. Los discursos, los símbolos políticos, las batallas ideológicas ya se habían ganado o perdido hacía tiempo ¡Ya era hora! ¡Por fin! El convencimiento colectivo de que las cosas tenían que cambiar se había producido más paulatinamente, teníamos menos miedo al poder, menos respetos impuestos (a “la autoridad”, al cura, al jefe, al padre, al marido, etc., etc., etc.).

Y digo todo esto porque me considero un demócrata que ha podido sentir en su propia piel los “beneficios” de uno y otro modelo, porque esto no siempre fue así y menos en lo interno de los partidos. Y lo digo sabiendo también que no puedo sentirme más o mejor demócrata que otros porque términos como “democracia” o “participación”, en modo alguno tienen un significado objetivable. Afirmo sin embargo, que quien se siente demócrata, tiene la obligación moral más allá de las palabras, de promover las mejores condiciones para que el voto sea lo más libre y secreto posible; porque todo es mejorable.

No discuto acepciones estáticas, historicistas o etimológicas porque sé que la democracia puede ser hasta orgánica y que no puede existir sin mujeres y negros, milito por tanto en una idea de democracia que tiene menos de 50 años, que cambia todos los días y siempre para mejor; porque es el esfuerzo permanente por mejorarla quien la hace buena.

Pues bien, para lo del voto secreto basta una urna y una cabina, es bien fácil; pero lo del voto libre exige la mejor información, el mejor ejercicio de comunicación y la máxima lealtad de los candidatos hacia los votantes. Y hoy, los socialistas tenemos la gran oportunidad de ahondar en nuestras propuestas programáticas de siempre, propuestas esenciales con las que siempre acabamos ganando elecciones: más y mejor democracia, mayor participación. Esa oportunidad obliga a los socialistas canarios a propiciar una elección de candidatos que suponga un avance en calidad democrática. Pero no es sólo eso, es que en mi opinión, democratizar Canarias, conseguir que las decisiones se tomen de forma más dialogada, informada, colectiva y participada, debe ser la gran estrategia de fondo del PSC para ganar elecciones.

Se trata de hacer política y demostrar que las primarias -que pueden ser más simbólicas que reales- constituyen una espléndida apuesta democrática muy poco habitual. Es obvio que cuando hablamos de primarias en el PSOE, hablamos de un ejercicio de democracia directa en la que José Luís Rodríguez Zapatero y yo, como militantes ambos del PSOE, somos iguales. Por eso, a los candidatos no les debe bastar con querer ganar, tienen que querer convencer a sus compañeros con los medios y en las formas en que se desarrollará su posterior trabajo, esas son las reglas del juego porque se trata de elegir al mejor para ganar las elecciones.

Ganar las primarias exige la capacidad de difundir el mensaje propio desde la excelencia y en eso, hoy podemos avanzar a pasos agigantados utilizando los debates televisivos. La TV, que es fundamental electoralmente, es el medio en el que más confían los ciudadanos y ello se debe a que en ella, es muy difícil impostar una personalidad, o un convencimiento en tus argumentos que no tienes; el modelo de debate, por la inmediatez y la tensión que impone, puede hacer aflorar lo mejor y peor de cada candidato. Todo junto constituye un excelente test y un altavoz de las posiciones que finalmente resultarán ganadoras internamente.

Por eso y porque mediáticamente en las primarias sólo hay ventajas y ninguna contraindicación, no es de extrañar que el debate televisado entre candidatos se haya consolidado como una parte ineludible del proceso electoral en muchas democracias.

Finalmente decir, que cuando empecé a escribir este artículo quise relacionar las primarias con las aportaciones políticas que son exigibles a los partidos y a sus militantes y por esa razón, volví a leerme lo que dice el DRAE sobre la palabra aportar, que además de contribuir, añadir y dar, significa ir a parar a alguna parte, voluntariamente o por azar; tomar puerto o arribar a él.

Deseando aportar en la mejor de las calidades democráticas para Canarias, desde mi profundo convencimiento de que la difusión de un debate público entre candidatos redundará en beneficio del Partido Socialista, requiero encarecidamente a José Miguel y a Santiago candidatos a las primarias del PSC, para que pacten un debate televisado donde puedan explicar su visión de la realidad y sus propuestas.

Creo que aportar voluntariamente un mejor debate en estas primarias, es para ellos una obligación en todos los sentidos del término, es elevar el listón de la calidad democrática, ilusión por un futuro mejor para Canarias.

PS: Envío este correo a ambos candidatos y animo a quienes lean esto, a que expresen su opinión al respecto, y se la hagan saber a los candidatos y al resto de sus compañeros.

*Militante del PSC- PSOE de Santa Cruz de Tenerife

Justo Menéndez Viejo*