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Reformar o no reformar las administraciones

Compartimos plenamente con el Círculo de Empresarios su análisis sobre la perversión del sistema de administraciones públicas que opera en Canarias, producto precisamente de años y años de clientelismo, de torcida y a veces delictiva complicidad entre los sectores político y empresarial, de una impunidad que ahora quieren restablecer para garantizar lo que llaman seguridad jurídica cuando en realidad quieren decir seguridad para la oligarquía. Se saltan, como es natural, a los dos partidos responsables directos de esa situación obscena, el PP y Coalición Canaria, para disparar directamente a la oposición, a la que reclaman consenso y fin de las hostilidades. Es decir, silencio y conchabo. En el colmo de las contradicciones, llegan a mostrarse en su comunicado partidarios de adelgazar la Administración pública canaria para agilizar la gestión y disminuir costes para, a continuación, reclamar que el esfuerzo inversor en tiempos de crisis se oriente no sólo a crear empleo “a corto plazo” (con más de 200.000 parados en las islas), sino a modernizar esa Administración. Y mandar a tanto estómago agradecido al paro, añadimos de nuestra propia cosecha.

Compartimos plenamente con el Círculo de Empresarios su análisis sobre la perversión del sistema de administraciones públicas que opera en Canarias, producto precisamente de años y años de clientelismo, de torcida y a veces delictiva complicidad entre los sectores político y empresarial, de una impunidad que ahora quieren restablecer para garantizar lo que llaman seguridad jurídica cuando en realidad quieren decir seguridad para la oligarquía. Se saltan, como es natural, a los dos partidos responsables directos de esa situación obscena, el PP y Coalición Canaria, para disparar directamente a la oposición, a la que reclaman consenso y fin de las hostilidades. Es decir, silencio y conchabo. En el colmo de las contradicciones, llegan a mostrarse en su comunicado partidarios de adelgazar la Administración pública canaria para agilizar la gestión y disminuir costes para, a continuación, reclamar que el esfuerzo inversor en tiempos de crisis se oriente no sólo a crear empleo “a corto plazo” (con más de 200.000 parados en las islas), sino a modernizar esa Administración. Y mandar a tanto estómago agradecido al paro, añadimos de nuestra propia cosecha.