Cruz Roja defiende su gestión en el centro de familias migrantes de Santa Cruz de Tenerife después de las protestas

Cruz Roja ha defendido su gestión del centro de acogida de migrantes de Santa Cruz de Tenerife. La ONG ha respondido a las protestas organizadas por los usuarios que tuvieron lugar el jueves y en el que las familias denunciaron tratos racistas y vulneraciones de derechos dentro del recurso. El director nacional del área de Migraciones de Cruz Roja Española, José Javier Sánchez Espinosa, ha asegurado que dentro del centro ofrecen asesoría legal y apoyo psicológico y que cuentan con un equipo especializado en detectar necesidades y vulnerabilidades.

Sánchez Espinosa ha insistido en que el objetivo principal de la entidad es acompañar a los migrantes en todo el proceso migratorio. ''Estos proyectos migratorios suponen abandonar sus familias, países de origen, redes sociales, y vivir travesías en el mar muy peligrosas'', sostiene. ''Una vez que llegan a nuestro país, los procesos de integración también tienen dificultades que algunas veces conducen a situaciones de frustración. Estas situaciones algunas veces se manifiestan en este tipo de protestas'', justifica el director nacional de Migraciones de la ONG.

Las familias, durante las movilizaciones que tuvieron lugar delante del bautizado como “Centro de Madres” afirmaron que solo hay una psicóloga, una abogada y dos trabajadoras sociales para atender al centenar de supervivientes de la ruta canaria acogidos en el dispositivo. ''¿Dónde está el dinero que los gobiernos dan a la Cruz Roja para atendernos?'', rezaba un manifiesto leído por los migrantes. Asimismo, aseguraron que al llegar al centro, ''nadie'' les explica cuáles son sus derechos legales y que no reciben clases de español casi nunca. '''Llevamos meses y algunos más de un año y no sabemos sino saludar. Eso nos desprotege para comunicarnos, comprender nuestro entorno o buscar trabajo'', subrayaron.

Los manifestantes han asegurado que reciben comida en mal estado, ''a veces congelada, a veces podrida, a veces con residuos''. ''Nuestras hijas y nosotras nos vamos a menudo a la cama con hambre y nos prohiben tener commida para ellas si les da hambre en la noche'', añaden. Asimismo, aseguran que no les dan ropa para los menores y tampoco dejan que nadie les regale ropa.

''Nuestro trabajo en Casa de Madres consiste en apoyarles en todo, no solo en la coberetura de sus necesidades básicas, sino también en que tengan asesoría legal, apoyo psicológico y en que haya un equipo especializado en detectar necesidades y vulnerabilidades, si hay personas que puedan solicitar asilo, si hay personas que puedan estar en situació nde trata...'', apunta Sánchez. Asimismo, asegura que cuentan con un cronograma de actividades, que se enseña castellano diariamente y que se organizan talleres y actividades deportivas ''para que puedan aprovechar el tiempo en el centro y que puedan tener actividades durante todo el día''.

Por el contrario, las familias que conviven en el centro afirman que no se sienten ''respetadas ni seguras''. ''A menudo nos amenazan, pisotean nuestros derechos y nos niegan ayuda e información'', denuncian. Además, señalan actitudes racistas por parte de algunos educadores y aseguran que en algunos casos son separados de sus hijos, sobrinos y familiares. ''Por muchas pruebas que tengamos, aprovechan que somos extranjeras, que no sabemos su lengua ni su ley'', sostienen. 

''Sabemos que la Cruz Roja debería garantizar nuestros derechos, pero realmente son quienes los están violando y a la vez quienes tienen nuestro presente, futuro y el de nuestros hijos en sus manos'', dicen los usuarios. Por ello, han pedido la dimisión del coordinador del recurso y de los trabajadores que les dan un trato ''racista o deshumanizante''. ''Reclamamos que pongan el personal necesario para apoyarnos psicológicamente y legalmente'', concluyen.