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Iconoclastia

Gente de orden

12 de diciembre de 2025 13:03 h

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Son tantas las ganas que tiene la derechona de masacrar a Pedro Sánchez que no se limita a criticarle por asuntos estrictamente políticos sino que entra tontamente en el terreno personal. Ahora pretende mofarse del presidente de España manipulando otra frase suya.

En su momento la cogieron con él cuando supuestamente dijo que pactar con Podemos no le dejaría dormir. La derechona mutiló la frase porque Sánchez lo que dijo fue que no dormiría si tuviera a representantes de Podemos en ministerios claves y estratégicos. 

Como se pudo comprobar posteriormente en el primer gobierno de coalición entre el PSOE y Podemos, Pedro Sánchez no adjudicó ningún ministerio clave y estratégico a la gente de Pablo Iglesias. Los de Podemos ocuparon ministerios maría de menor enjundia.  

Años después, tras la desastrosa gestión de la Comunidad Valenciana con la Dana, desde el minuto uno Sánchez dijo que si Mazón necesitaba más ayuda tan solo tendría que pedirla. La oposición volvió a manipular la frase del presidente al mutilarla de nuevo ya que Sánchez no dijo a secas que si querían ayuda la pidieran. 

Sánchez dijo exactamente que si querían más ayuda la pidieran al gobierno central. En su frase ya se presumía que habían ayudado a Valencia desde el Gobierno de España y solo añadía que si necesitaban más ayuda solo tendrían que pedirla.

Es más, el propio Carlos Mazón compareció ante los periodistas en Valencia el día siguiente al desastre junto a Pedro Sánchez, a quien agradeció públicamente su inestimable ayuda desde el primer momento. Es la prueba más clara de que el gobierno central colaboró desde el principio. El sentido de la frase cambia sensiblemente al quitarle el adverbio más, que se refiere a la cantidad y no a la calidad.

Estos días ha tocado manipular de nuevo otra frase del presidente. Sánchez, tras las supuestas fechorías de Ábalos relatadas por la UCO, declaró que para él, tras ese aciago descubrimiento, había sido un desconocido en lo personal, queriendo comunicar que, aunque había tenido varios años de relaciones políticas en el partido y en el gobierno, realmente no lo conocía bien personalmente. 

Eso, que es tan normal y que le pasa a cualquiera, lo manipula electoralmente la oposición para ganar votos al presentar al presidente de España como un mentiroso compulsivo.

Mentiroso fue Felipe González cuando se desdijo de su no a la OTAN, o Aznar cuando afirmó que Irak tenía armas de destrucción masiva y que fue ETA la autora de los atentados del 11 de marzo de 2024. O Rajoy, cuando dijo en campaña electoral que bajaría todos los impuestos y los subió cuando llegó a La Moncloa. 

A cualquiera le ha pasado tener compañeros de trabajo o de partido o de organización o de club a los que creía conocer pero realmente los desconocía en el terreno personal tras descubrir características distintas del personaje. Eso pasa hasta en las mejores familias. 

Tú puedes tener una buena relación política, gubernamental, partidista o deportiva con alguien que conoces desde hace mucho tiempo pero que realmente desconoces en profundidad y te decepciona. Sánchez no es el primero ni será el último defraudado o decepcionado por un compañero de trabajo o incluso por un presunto amigo que te traiciona.

Sánchez, por muy presidente del Gobierno que sea, no tiene por qué conocer las actividades privadas de sus ministros. Ni siquiera tiene por qué conocer que su secretario de organización es un putero, un ludópata, un dipsómano, un lenguaraz o un un desaprensivo. 

El presidente del Gobierno no tiene por qué poner un detective a cada ministro o a cada secretario de organización de su partido. Lo del uso partidista de la policía patriótica es algo más propio del PP. Sánchez no tiene por qué conocer lo que hacen sus correligionarios en sus ratos libres, por mucho que la oposición crea que el presidente es un dios o un sindiós. 

La persecución de la oposición al presidente del Gobierno llega a ser obsesiva, morbosa y enfermiza. Ahora resulta que todos los presuntos delincuentes que se han fotografiado con Pedro Sánchez demuestran, según la derechona, que el presidente es también un supuesto delincuente corrupto que acabará en la cárcel como sus dos exsecretarios de organización.

El Partido Popular critica duramente a Pedro Sánchez por las fotografías con sus acompañantes pero en cambio pasa de largo sobre otras fotografías comprometedoras de dirigentes del PP, entre ellas la emblemática del propio presidente Feijóo con un narcotraficante gallego en su yate. 

Y ya puestos, ese PP y ese Vox que tanto atacan al presidente Sánchez por sus malas compañías se callan cobardemente cuando los suyos o el rey se fotografían con gente poco recomendable e incluso implicada en delitos. 

Es más, el propio Feijóo y otros dirigentes del Partido Popular se han fotografiado en repetidas ocasiones con alguien con tan mala conducta reprobable como el rey emérito. Es un deshonor retratarse con Juan Carlos I. 

El ex monarca puede ser un defraudador fiscal y un potencial delincuente pero no se le puede meter mano porque según nuestra sacrosanta Constitución no todos los españoles somos iguales ante la ley.

Las lecciones de moral le quedan muy anchas a la derechona española. La derechita cobarde se pliega ante su majestad con genuflexiones y se muestra pusilánime con los poderosos. La típica y falsa superioridad moral de la derecha. Gente de orden. O desorden.