GASTRONOMÍA CANARIAS

Una nueva gastronomía ha encendido sus fogones en el reformado Lopesan Costa Meloneras

Javier Suárez

Meloneras, Gran Canaria —

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Recuperando parte de un artículo publicado por este mismo periódico en diciembre de 2010 con motivo del décimo aniversario, podemos resumir lo que ha significado el para la isla de Gran Canaria y para la zona de Meloneras, en concreto: “El 1 de diciembre del año 2000 abrió sus puertas convirtiéndose en su día en el hotel más grande de Europa y del Atlántico Oriental que apostó por la zona de Meloneras como un destino turístico de calidad que se ha conformado como una exclusiva y selecta zona de vacaciones en la que se ubican hoteles de cuatro y cinco estrellas, una gran oferta de Spa&Wellnes, dos campos de golf, el Centro de Convenciones ExpoMeloneras y el Gran Casino Costa Meloneras”.

Nadie podría imaginar que en marzo de 2020, justo el 25 de ese mes, este hotel cerraría sus puertas con motivo de la pandemia que azotó al planeta. Lo que podría haber sido un cierre momentáneo se convirtió en el momento perfecto para acometer una reforma integral que trajo consigo su reapertura el 1 de septiembre de 2021. Casi año y medio después del confinamiento sanitario celebró un esta casa un “segundo cumpleaños”. 

Pero esta reforma también se ha centrado en poder dar varios pasos adelante en el aspecto gastronómico, en un proyecto liderado por Ignacio Bernaldo De Quirós, director corporativo de F&B de la cadena. Hace unas semanas dimos un paseo por el hotel y pude observar como lo que era un buffet tradicional había girado por completo a un concepto único en Canarias. Pero a la hora de poder conocer la verdadera funcionalidad y avance de la gastronomía, al igual que hacemos con los restaurantes, nada mejor que alojarse en el establecimiento y siendo un cliente más, visitar sus distintos puntos de venta.

Los restaurantes externos del hotel son el ya consagrado El Churrasco (uno de los asadores de Canarias) y por parte del Grupo Kabuki tenemos Nihao (al que hay que darle tiempo porque están en un proceso de cambio de carta añadiendo un concepto de mediodía más casual) y tener en vista la próxima apertura prevista para julio de lo que será su buque insignia en la isla, Kabuki Meloneras, que contará con los grancanarios David Rivero en cocina y Esteban García (ex-Poemas) al mando de la sala. 

Los bares piscina del hotel han dado un considerable salto de calidad apostando por unas cartas cortas pero muy bien ejecutadas, con buenas hamburguesas, sandwiches y algunas ensaladas o platos fríos bastantes acertados como unos falafel de remolacha que daban para repetir.

Lo que siempre hemos conocido como buffet en el Costa se ha transformado por completo dando lugar al Gastro Market Buffet Alameda, imponente espacio donde podemos encontrar 13 puntos diferentes adaptados a una tipología de cocina distinta una de las otras. Pero vamos por el principio. Al entrar recibe al comensal una imponente cava que se erige a lo alto del amplio espacio donde tienen cabida vinos de todo el mundo pero, y eso es lo importante, una muy amplia representación de vinos canarios que además son los que abren la carta, tal y como corresponde.

El comedor impone en tamaño pero tengamos en cuenta que hablamos de un espacio que acoge una media de 1.600 a 2.000 comensales por desayunos y cenas. Por ponerle un pero, me resulta demasiado oscuro, de hecho es imposible sacar una foto de cualquier plato y lo que debería ser calidez se convierte en algo de incomodidad cuando pasas un tiempo en la mesa. Creo que además pierden la oportunidad de que los comensales suban fotos atractivas de sus platos en las redes sociales, no me convence este tono de calidez tan de moda que casi se convierte en penumbra.

 En cuanto a las propuestas gastronómicas voy a diferenciar el desayuno y la cena. Del primero lo único que puedo comentar es que no me cansaría de comer todos los días del año, variedad en su justa medida, con mucha fruta fresca, buena repostería hecha a mano, calientes tradicionales y algunos hits como unos impecables chocolates con churros, buen café o una amplia variedad de zumos artesanales elaborados al momento.

En las cenas hay que empezar destacando que el cliente desconoce el verdadero sentido de esta variedad de oferta y por mucho que el personal se afane en explicarlo hay momentos donde el “imito” al de delante hace que se formen unas innecesarias colas que enseguida son aligeradas por el personal de sala y cocina que están al quite de estos pequeños detalles. El servicio de sala liderado por Loli o la bodega que maneja Patricia, son de los grandes puntos fuertes no solo del buffet sino de cualquier punto de restauración del hotel. Desde aquí mis felicitaciones y reconocimientos a todos y todas los cocineros, camareros del Hotel Costa Meloneras.

Retomando la variedad gastronómica, panes con variedad para un consumo de esta magnitud, gran selección de quesos a los que yo sí marcaría con más claridad los que son canarios y buena selección de embutidos o ensaladas frías, tanto preparadas, como con las verduras recién cortadas para que el comensal se conforme la suya. Es importante recalcar que gran parte de las frutas y verduras que se consumen aquí proceden de su propia finca en Veneguera, que tras varios años ya está dando trazos de su importancia.

Los platos calientes los separo entre una notable oferta asiática, muy buena ejecución de las carnes en asados, verduras o similares. Gran variedad de pizzas y buena opción de cocina italiana, platos de cuchara con potencia y un punto en común bastante importante para un establecimiento así, no se trata de tener mil platos diferentes, sino menos pero bien ejecutados. Y en esa línea por ponerles un punto de atención, creo que la parte dedicada a los pescados tiene aún margen de mejora y que me consta están trabajando en ello.

Donde el salto hacia adelante ha dado cinco pasos en uno ha sido en la parte dulce. Toda la repostería se hace en sus propios obradores con algunos platos muy bien terminados como la creme brulée pero sobre todo con su surtido artesanal de helados, totalmente alejados por su calidad en lo que podemos encontrar por la gran mayoría de los hoteles de las islas que suelen trabajar producto industrial. El de caramelo, el de turrón, los de frutas de la finca como son el sorberte de mandarina o el de mango, el de fresas o el de yogur con naranja, para comerlos en bucle. ¡Y qué importante es terminar con un postre de calidad cualquier comida!

Por último quiero detenerme en La Toscana, el restaurante italiano gestionado directamente por Lopesan y no externalizado, pero importante, abierto a cliente del hotel pero también externo que quiera disfrutar de la que quizás esté entre las tres mejores propuestas gastronómicas transalpinas de toda Gran Canaria. La pasta no la hacen aquí pero buscan la mejor posible en el mercado y a partir de ahí el resto de las creaciones tanto en platos como en pizzas o focaccias son creaciones de la casa. Las focaccia blanca o tricolor son adictivas, otro tanto pasa con las ensaladas tanto la de burrata como la de bresaola y pera. Pero ya cuando pasamos a las pizzas la liga sigue siendo de campeones y también sucede con los platos de pasta donde destaco los penne a la carbonara (pídanla auténtica, elaborada con huevo y no con nata) o los gnoccis violeta con Broccoli. Para los postres nada mejor que seguir navegando por los helados caseros de los que ya les he hablado. El servicio de sala liderado por Said, con Federico en cocina o Antonio Hernández (nuevo subdirector del hotel y responsable del departamento de Alimentación y Bebidas) siempre al tanto de todo, una razón más para anotarse La Toscana como una opción imprescindible si quieren un muy buen restaurante italiano donde ir a comer. Hace muy poco me preguntaban por uno y no sabía cual recomendar, ya que seamos sinceros, estamos ante una tipología de cocina muy maltratada. Hoy les digo que yo mismo iría a esta casa solo a comer y volverme a casa, perdamos el miedo a cruzar la puerta de un hotel para disfrutar de su restaurante si merece la pena, y este lo es. Importante destacar que su relación calidad precio es inmejorable, con un tique medio que oscila desde los 25-35€ por persona hasta donde uno se quiera gastar.

En resumen, la pandemia en el caso del Hotel Lopesan Costa Meloneras Resort&Spa sirvió a la hora de parar, reformarse, rearmarse a la hora de continuar siendo el hotel de las estrellas, que son todos y cada uno de los clientes que cruzan las puertas de un lugar que posee magia, vida y alma propia que se respira desde que uno llega hasta el triste momento de volver a la realidad exterior pensando que “queda un día menos para volver”. Y sería injusto terminar este artículo sin mencionar a algo más que un director para este hotel, muchos lo llamamos “el alcalde de Meloneras”, el siempre dispuesto a ayudar, sumar, aportar, crear y todo lo que sea construir, David Morales. Si uno es tan grande como lo sea su equipo, puede estar muy orgulloso porque desde el primero al último miembro del staff profesional de esta casa sienten al hotel como suyo y eso se nota.

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