En la noche del 29 al 30 de octubre de 1975, en los sótanos del Gobierno Civil de Santa Cruz de Tenerife, el obrero Antonio González Ramos fue asesinado. Había sido detenido por la Brigada Político-Social y torturado por el comisario de ésta José Matute Fernández hasta causarle la muerte. Antonio González Ramos había emigrado a Alemania, donde trabajó en la industria para mantener a su esposa y a sus cuatro hijos. Allí entró a militar en el Partido Comunista de España y cuando regresó a Tenerife se incorporó a la Oposición de Izquierda del Partido Comunista de España.
Participó en la organización de Comisiones Obreras en Tenerife y por dirigir una huelga en la fábrica de tabacos de Philip Morris fue despedido. También participó en el movimiento vecinal en El Ortigal y en el Camino de Guillén, donde vivía, así como en El Portezuelo, La Montañeta y otros barrios del norte de Tenerife. Su actividad sindical y en el movimiento vecinal, “su dedicación a su familia, su lucha por la democracia y el socialismo fue segada por los verdugos de la policía franquista, que lo detuvieron en la noche del 29 de octubre porque había entregado prensa clandestina a un compañero para que la guardara. El hijo de este hombre, detenido por un hurto de vehículo, delató a Antonio a cambio de su impunidad”, recuerda en un comunicado el Partido Comunista de Canarias (PCC) en Tenerife.
La valentía de un fiscal, Mariano Fernández Bermejo y de los magistrados de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife Rodolfo Soto Vázquez José Luis Sánchez Parodi, permitió desmontar la versión oficial de la Policía, que intentó hacer pasar el asesinato como un suicidio. Gracias a ellos se produjo el procesamiento de José Matute Fernández y su cómplice, el cabo primero de la Guardia Civil José González Álvarez. Sin embargo, la Ley de Amnistía de 1977 permitió que eludieran las consecuencias penales del asesinato que habían perpetrado.
El Partido Comunista de Canarias, en este nuevo aniversario de su muerte ha vuelto a rendir homenaje a la vida y a la lucha de Antonio González Ramos, “y recordar que las libertades de las que hoy disfrutamos han sido conseguidas gracias a la lucha por la democracia y el socialismo de miles y miles de trabajadores como él, y que únicamente la continuación organizada de esta lucha por las clases trabajadoras, las mujeres como grupo específico y la juventud podrá impedir que nos arrebaten esas libertades y conjurar el peligro de la guerra que preparan los gobiernos de EE.UU. y de la Unión Europea con su demencial gasto en armamentos que únicamente puede ser financiado con el expolio fiscal de las clases trabajadoras y el desmantelamiento de los servicios públicos esenciales. Querido Antonio, hasta siempre”.