ENTREVISTA Maestre de la Gran Logia Simbólica de España

Xavier Molina: “La imagen negativa sobre la masonería es de las pocas victorias del franquismo que aún perviven”

Iván Suárez

Las Palmas de Gran Canaria —

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Xavier Molina Figueres (Girona, 1972) es masón desde hace doce años. Este doctor en Farmacia se inició en 2010 en una logia en Barcelona. Hastiado de que, en el entorno que frecuentaba, la mayoría de las conversaciones giraran en torno “al fútbol o a los coches”, buscaba un espacio en el que poder tener una conversación “seria y sosegada” sobre los temas que le interesaban. No solo filosóficos, sino sobre todo “sociales, humanos, espirituales”. En la masonería encontró ese lugar de debate “abierto y ordenado”. Desde hace cuatro años, es el gran maestre de la Gran Logia Simbólica de España, principal asociación masónica “mixta y adogmática” del país. 

Recientemente ha estado en Gran Canaria para impartir una conferencia sobre el vínculo entre la masonería y la ciencia y también estará los días 10 y 11 de junio en Tenerife. 

¿Cuál es la relación histórica entre la masonería y la ciencia?

La masonería siempre ha estado vinculada a la ciencia y a la literatura. Hay hasta 24 premios Nobel que han sido masones. Destaca el premio Nobel de la Paz, pero también hay de Medicina, de Química, de Física... La masonería siempre ha sido una casa muy abierta a la innovación y al debate. Nos define. Al final, tenemos como principio llegar al perfeccionamiento y a la mejora de la sociedad y llevar fuera lo que aprendemos dentro de nuestras logias o dentro de nuestros templos, ese espíritu innovador, crítico. Sobre todo, no considerar que hay una verdad absoluta. Esa mentalidad abierta, aunque creyente la mayoría de las veces, es lo que facilita que, sobre todo en el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, hubiera una innovación ligada a la masonería muy importante. 

En una sociedad que se exhibe en las redes sociales y exacerba el individualismo, ¿cómo encajan conceptos tradicionales asociados a la masonería, como la discreción o la fraternidad?

En este tipo de sociedad que has descrito, cuesta bastante encajar la masonería. Al final es una asociación donde el contacto entre los hermanos es muy habitual, en reuniones, en ágapes o donde sea. Se genera una fraternidad que está muy lejos de lo que nos estamos acostumbrando ahora, en el sentido de que es más frío y más distante. Pero creo que, al final, todos queremos volver a un modelo de proximidad. No es un tema ya solo de masonería, sino de la sociedad. Todos queremos volver más a un tema de calor humano. Es necesario. Es un error en el que hemos caído como sociedad. 

¿Qué pasos están dando como organización para abrirse a la sociedad?

La masonería está presente en las redes sociales. No hemos obviado el cambio generacional. Hoy en día hay que estar en las redes sociales, hay que estar en internet. Y prácticamente toda la masonería está presente, con más o menos intensidad, pero estamos todos presentes. Además, es la forma de llegar a esta renovación generacional que está haciendo la masonería. De entrada, gente de entre 30 y 40 años viene de la mano de las redes y de internet. Se está produciendo hoy en día esa renovación. No estamos tan alejados de la sociedad actual.

¿Qué hay que hacer para ingresar en la logia?

En la masonería, entrar antes de los 25 es complicado. Tienes que estar estable laboralmente, familiarmente. Hay que tener una cierta estabilidad social y económica para entrar en la masonería, porque al final, cuando estás estudiando, no suele ser un buen momento. Por eso, se suele retrasar hasta los 25 años y, normalmente, hasta los 30. 

Empezamos a tener bastantes solicitudes de entrada. Es muy fácil, todas tenemos páginas web y formularios de contacto. No hay ningún secreto oculto en cómo acceder a la masonería. Lo que pretendemos es que la gente sepa a lo que viene. Primero, desterrar los tópico, como que la masonería es una cosa de influencia, de poder económico, social. O que somos muy esotéricos. Ni una cosa ni otra. Mucha gente viene o por este tema del poder, que está muy lejos de la realidad, o por lo esotérico. Son dos grandes errores. Luego hay un tercer grupo: los que buscan un club social. 

Esto son los errores típicos de la gente que nos llama. Nosotros, evidentemente, al final somos una fraternidad y, por tanto, un grupo social, pero nuestra finalidad no es salir un viernes por la noche. Nuestra finalidad es la mejora de la persona y cualquiera que venga en este sentido lo aceptamos, aunque no conozca muy bien qué son los ritos y qué es exactamente el método de la masonería. Eso se puede explicar. Estamos buscando a alguien que quiera mejorar a la persona, que quiera mejorarse a sí mismo, que quiera ayudar a mejorar a los demás y a quien el método iniciático que tenemos le diga algo. Nosotros tenemos un método iniciático, que es el principio fundamental de la masonería. Si crees que el método te puede ayudar, fantástico. Si buscar la reflexión interior, el trabajo interior, también. Si no, puedes buscar otra actividad. 

¿Cuáles son los filtros de entrada?

Siempre se pregunta a la persona que llama a la puerta por los motivos por los que quiere entrar y qué sabe de nosotros. Lo que se dice que la masonería es una secta no es cierto. Es más difícil entrar que salir. Se entrevista a una persona que quiera entrar un mínimo de tres veces, tres personas diferentes. Se debate. Lo que ha dicho, si es coherente. Si lo que está diciendo encaja con lo que nosotros hacemos. Si viene una persona que quiere hacer actividad política, pues no. Nosotros no hacemos actividad política. Si está buscando trabajo, pues no, lo siento. Yo estoy buscando un grupo donde se pueda debatir y se pueda avanzar. Si es así, aquí estamos. 

Preguntamos qué es lo que conoce, si sabe qué quiere decir iniciático, si sabe que nosotros estamos trabajando con simbología. Esta simbología para nosotros no es sagrada ni nada, pero evidentemente si no le dice nada, probablemente no es su sitio. Un candidato tiene que estar seguro. Y si quiere marcharse, solo tiene que venir y decir: me voy. No tiene que hacer nada más. Es la diferencia fundamental. Nadie podrá decir que somos una secta. Para entrar hacemos entrevistas, para salir no pedimos absolutamente nada. 

¿Quién hace estas entrevistas? ¿Cómo se jerarquizan las logias?

Las entrevistas las organiza la logia. Organiza quién entrevista, se debate tras las tres entrevistas y se decide si entra o no. Llamamos a esto aplomaciones. Es un lenguaje interno. La masonería está jerarquizada porque forma parte del ritual. Cada logia tiene un venerable maestro que preside y dirige los trabajos, porque forma parte del método. Pero el venerable maestro cambia casi cada año. Nuestra obediencia es de un máximo de dos años. Es una institución jerarquizada, pero rotatoria. Yo soy el presidente de la asociación y gran maestre. Puedo estar un máximo de dos mandatos, que son seis años. Luego ya no tengo ningún poder. Paso a ser uno más dentro de la organización. Igual sucede con el venerable maestro, que pasa a ser uno más. Esta rotación de cargos es muy importante. Forma parte del método. 

En nuestra obediencia, solemos decir que el venerable maestro, el que preside los trabajos, cuando deja de presidir los trabajos, pasa a guardatemplo. El oficio de guardatemplos es el que está en la puerta, el portero. El trabajo más humilde. Los dos oficios son igual de importantes. El aprender a dirigir una logia y a estar al quite de lo que necesita la gente, porque al final todos tenemos nuestras virtudes, defectos, necesidades, como cualquier humano. En eso los masones no somos más especiales. Pasar de hacer esto y de tener un rol principal dentro del grupo a tener el rol más secundario. Es un punto importante en la formación de un masón. 

¿Por qué se le da esa relevancia a los símbolos?

Hay dos factores. Pensamos que cuando entramos al templo, a la logia, hacemos los trabajos masónicos, lo hacemos con un ritual que nos ayuda a desconectar de nuestra vida normal. Y nos ayuda a concentrarnos en nosotros mismos. Podría ser igual a lo que sucede cuando entras en un templo budista o en una iglesia o en lo que sea. La finalidad es que te concentre el intimismo. Lo cumplimos con el templo. Es un local que tiene simbología, pero no es sagrada. Los masones tenemos un origen simbólico, que son los constructores de las catedrales. Los masones que picaban la piedra. Esos masones utilizaban una serie de herramientas (la escuadra, el compás...) que nosotros también utilizamos, pero para hacer ese trabajo simbólico de construcción o de la perfección de la piedra de uno mismo. 

Esta simbología lo que busca es el trabajo interior. No tiene una interpretación dogmática ni única, sino que nos da es unas herramientas que en un momento dado a tí te pueden decir algo y en otro no. Lo que buscan es inspirarte o moverte a este trabajo interior. Moverte a pulir la piedra cúbica perfecta, la piedra pulida. Otros símbolos son el suelo ajedrezado, blanco y negro, los contrarios, la cuerda con nudos, que significa la unión; las columnas, que se conectan con lo divino, con el cielo y con lo terrenal. Todo esto lo que está intentando es mover esa reflexión interna. Lo que estás buscando es ese constante despertar interno para que ese proceso de reflexión y trabajo interno no termine nunca. 

¿Hay temas vetados en el debate dentro de la logia?

Decimos que intentamos no hablar de política, porque divide, ni de religión. Son temas que si la logia quiere lo puede hablar, pero que se recomienda que no sean temas de debate. Especialmente en el tema religioso, porque pensamos que la religión forma parte de lo que crea cada uno. Es una cosa absolutamente interna. En nuestra obediencia, se puede creer y se puede no creer en nada. No hace falta creer en nada para formar parte de la Gran Logia Simbólica Española. 

En su último discurso en la Plaza de Oriente, Franco seguía hablando de un contubernio judeo-masónico. ¿Aún pesa la imagen que proyectó sobre esta institución el dictador?

Es una influencia claramente negativa. Una de las pocas victorias del franquismo que perviven es la imagen negativa que puso en la sociedad acerca de la masonería. Había un discurso constante acerca de la masonería, como conspiración masónica contra España. Fue una machacada absolutamente brutal y constante. Nos ha costado mucho revertir esa imagen. Es cierto que la gente joven hoy en día ese concepto no lo tiene, no lo ha vivido. Ahora a una persona de 30 o 40 años todo eso le suena a chino. No lo ha escuchado nunca. En las generaciones previas, el mensaje estaba muy calado, por lo que la masonería sonaba como una cosa muy extraña y en los ochenta costó muchísimo arrancar la masonería en España. Costó una brutalidad. Era ampliamente estigmatizada en nuestra sociedad. 

La logia que lidera es mixta, pero sigue habiendo organizaciones masónicas que vetan la entrada a las mujeres... 

Somos mixtos y para nosotros hoy en día hacer un trabajo solo con hombres no tiene ningún sentido. Hay una tradición de 300 años, pero claro, uno puede entender que en el siglo XIX o en la primera mitad del XX, uno no podía reunirse en la noche en logias mixtas, porque socialmente podría estar muy mal visto, pero en el siglo XXI agarrarse a esta tradición, que tiene otros motivos sociales, no tiene ningún sentido. Nosotros somos mixtos y nuestra organización ha estado presidida también en dos ocasiones por mujeres en el máximo punto. En torno al 30 o 35% de los miembros de la logia son mujeres. 

¿Ha envejecido la institución? ¿Cuál es la edad media?

La media de edad en los ochenta estaba por los 62. Ahora está por los 49. Si consideras que la media de la sociedad española está entre los 44 o los 45 y que esa media incluye a los menores de edad, que no pueden entrar en las logias, no estamos tan lejos de la media.