Amenazas de muerte en el “Gran Hermano” inglés
El caos y la violencia se han instalado en la casa del “Gran Hermano” inglés, que ya prometió que en esta quinta edición mostraría su lado “más oscuro” para garantizar el interés de la audiencia. De momento, el público está respondiendo positivamente a los cambios introducidos (una media de 4.3 millones siguen el programa), pero parece que a los productores del programa se les ha ido la situación un poco de las manos en esta última semana. El jueves por la noche, varios habitantes se enzarzaron en una violenta pelea que terminó con uno de los concursantes amenazando con matar a otro, lo cual obligó a la cadena en abierto Channel 4 y aa interrumpir la emisión en directo durante 90 minutos. El equipo de seguridad del concurso tuvo que intervenir y entrar en la casa para separar a dos habitantes que estaban a punto de llegar a las manos, algo que no había ocurrido hasta ahora en los cinco años de vida que tiene la versión inglesa de “Big Brother”. “Estamos estudiando la situación”, ha dicho un portavoz de Channel 4, “la salud de los concursantes está por encima de la audiencia”. El culpable de todo: un “plató secreto” Todo comenzó cuando dos concursantes expulsados la semana pasada, Michelle y Emma, regresaron por sorpresa a la casa. La tensión se había ido acrecentando durante toda esta semana. Los habitantes creían que estos dos concursantes habían abandonado la casa definitivamente, cuando en realidad habían sido invitados por el programa a permanecer en un “plató secreto”, pegado a la casa, desde el cual podían ver todo lo que sucedía sin ellos dentro. Los dos expulsados se fueron “calentando” al comprobar horrorizados lo que opinaban sus compañeros sobre ellos. Este “estudio secreto”, ideado para que los expulsados puedan espiar a sus compañeros y luego regresar a la casa para “vengarse”, es precisamente una de las novedades introducidas este año por los productores del programa. Al mismo tiempo, el programa les pedía que idearan bromas pesadas para gastar a los habitantes que quedaban en la casa, como llenar de agua y huevos rotos la cama de Jason o poner polvo pica-pica en la camiseta de la sudafricana Vanessa, quien llegó a decir que quería abandonar el programa: “No quiero formar parte de esto, es un programa de pirados”, dijo. El conflicto entre “desterrados” y habitantes estaba servido. Los responsables del concurso confiaban en que saltasen chispas con el regreso sorpresa a la casa. pero lo que no esperaban es que se produjera un “incendio” como el ocurrido. La tensión se fue intensificando y, alrededor de la una de la madrugada, varios habitantes se enzarzaron en una trifulca que terminó con lanzamiento de bandejas, platos rotos y una mesa volcada. El picaporte del confesionario también fue arrancado. Éstas son algunas frases que intercambiaron antes de ser separados por los guardias -léanse con varios “fucking” (joder) intercalados-: “Voy a matarte”, gritaba Emma a Victor, antes de ser separada por otro habitante. “¿No sabes quién soy yo?”. “No me jodas, Emma, eras una mierda para mí y te lo voy a demostrar” , respondió Víctor, quien también se dedicó a insultar a la transexual portuguesa Nadia antes de volcar violentamente la mesa del salón. La casa era una completa anarquía cuando Jason se dirigió a Emma: “Te voy a arrancar la cabeza”, y amenazó con decapitar también a otro concursante, Marco, que se estaba burlando de él. Una vez calmada, Emma fue trasladada por los guardias de seguridad al “estudio secreto”, donde permanece encerrada hasta que los responsables del programa decidan si puede regresar al concurso o será expulsada definitivamente. La violencia impulsa la audiencia del programa La decisión de Channel 4 de convertir esta quinta edición en un “infierno” ha sido acertada en lo que a la audiencia se refiere. El programa del martes convocó a casi 6 millones de espectadores (5.8%) con una cuota del 29%. Este registro es superior a la del año pasado, a excepción de la gala de expulsión de los viernes. En términos globales, hasta ahora la audiencia media de esta quinta edición es similar a la del año pasado (cercana a los 4.3 millones de seguidores). Es un excelente dato para Channel 4, ya que supone el doble de su audiencia habitual en esa franja. Un exhibicionismo extremo El casting de este año se caracteriza por el extremado exhibicionismo de los participantes escogidos. Todas las chicas ya se han desnudado en la casa, mientras que todos los hombres –desde el inmigrante Ahmed al “fontanero” Víctor- tampoco han dudado en enseñar al mundo su trasero.