La televisión se hace la “liposucción”
La tecnología, patentada por la compañía Prime Image en San José (California), utiliza un proceso llamado “microediting” (micromontaje) que reduce la duración de las películas y programas en televisión sin cortar escenas enteras. Funciona mediante la eliminación de frames duplicados de vídeo. Esto permite a las cadenas de televisión rellenar el tiempo “ahorrado” con más spots publicitarios. Es decir, lo que hace esta tecnología es crear tiempo donde antes no lo había, lo que equivale a más publicidad y, en consecuencia, a más beneficios económicos para las cadenas. “Los fragmentos que suprimimos son muy pequeños, son prácticamente invisibles e inaudibles para el espectador, pero son muchos, y todos juntos pueden acumular hasta 30 segundos por cada 30 minutos”, explica Bill Hendershot, ganador de un Emmy y uno de los creadores de esta máquina revolucionaria, llamada Digital Time Machine y valorada en 90.000 dólares (aproximadamente 104.000 euros, 17 millones de pesetas). Según una demostración de esta tecnología, el programa de TV en cuestión se programaría para comenzar con un retraso proporcional al tiempo que la cadena quiera recortar (de 15 a 60 segundos). En ese momento se emitiría un anuncio, y a partir de ahí la máquina se pasaría todo el tiempo que dure el programa o la película eliminando frames duplicados hasta que se alcance el tiempo de duración del programa original. Dado que en cada segundo de vídeo hay 30 frames, eliminar uno de aquí y otro de allá en el transcurso de 30 minutos, resultaría imperceptible para el espectador. La controversia acompaña al Digital Time Machine Como era de esperar, esta tecnología ya ha comenzado a generar polémica a su alrededor. Por un lado, los anunciantes están preocupados porque las cadenas ya están acostumbradas a recortar los anuncios para que quepan más. Por su parte, a las productoras les preocupa que esta nueva práctica afecte a la integridad del programa. Y por otro lado, los actores piensan que una pausa dramática en un guión podría ser interpretada por la máquina como algo “extra” o “prescindible” y, por tanto, eliminarlo. “El espectador no es capaz de detectar que las imágenes no estaban ahí. Lo seguirá oyendo y viendo todo, sólo que en un periodo de tiempo más corto”, defienden los creadores del Digital Time Machine. Y añaden que la máquina también se puede ser muy útil para la compresión de películas en televisión. Hasta ahora, cuando las cadenas querían convertir un filme de tres horas de duración en un espacio de dos horas, tenían que cortar escenas enteras. Ahora, con la técnica del “microediting”, la película queda intacta tras la reducción, sólo que sin “los molestos frames duplicados”. Hasta el momento, 100 emisoras de EE.UU. utilizan esta máquina. Al menos 70 cadenas de México la han adquirido recientemente y, según la publicación Electronic Media, el canal KEYE-TV en Austin (Texas), ha conseguido beneficios adicionales de hasta 2 millones de dólares desde que utiliza esta tecnología.