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Ha sonado la hora de la verdad

Juan Arencibia Rocha / Juan Arencibia Rocha

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No sabemos cuál será la elegida en la reunión final en el verano del próximo año, pero de lo que sí estoy convencido que es un gran reto que tiene Las Palmas de Gran Canaria, por su historia, por su situacion y posición en el Planeta Tierra, por contar con el mejor clima del mundo, como lo demostró el informe del año 2000 la Universidad de Siracusa, compitiendo con 600 ciudades del mundo y por otras razones que no voy a repetir.

La responsabilidad de todos los participantes y responsables de este éxito es de muchos quilates, ya que creo que es el momento que las islas Canarias tenga una nueva marca y presencia en el mundo occidental y en esta sociedad de la información y del conocimiento, de la que tanto se habla, se cacarea y se pregona sin poner los medios y la imaginación adecuada para reforzar nuestro protagonismo diferencial y diferente de los demas territorios europeos, o comunitarios, siendo un territorio que es y ha sido históricamente la envidia de muchas potencias imperiales por razones estratégicas, militares y económicas.

Siempre he escrito que la calificación de “territorio ultraperiférico comunitario” me ha parecido una devaluación del modelo de sociedad que desde el Fuero de Gran Canaria nos dieron los Reyes Católicos, actualizada y modernizada en lo que he llamado nuestra propia “Constitución Económica”, primero en el R.D. de Bravo Murillos y luego mejorado y ampliado por la ley de 1900 de Fernández Villaverde, expresión que utilicé en un artículo que publiqué en la Revista de Información Española, en mayo de 1962 y, en aquel entonces, el director de la publicación mi compañero Técnico Comercial de Estado, Enrique Fuentes Quintana, me pidió que no usara esa expresión por la connotación negativa que tenía dentro de la filosofía del Régimen.

Le contesté que lo publicara en todos sus términos y que yo asumiría mis responsabilidades personales y profesionales del tema.

Confieso que no me perjudicó en ningún momento el decir las “verdades del barquero”. Como siempre animo a trabajar a todos los que se preocupan e interesan por el bienestar y la prosperidad de mis islas ,como en su día me pidieron mis padres, y seguiré arrimando el hombro a todo lo que vaya en esa dirección sin prejuicios políticos, morales y religiosos. Hoy más que nunca “ la unión hace la fuerza”.

Juan Arencibia Rocha

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