Sobre este blog

Empecé a leer cómics a la misma vez que aprendí  a leer y, desde entonces, no he parado de hacerlo. En todas estas décadas he leído cómics buenos, regulares y no tan buenos, pero siempre he creído que el lenguaje secuencial es la mejor -y más idónea- puerta de entrada para leer tanto letras como imágenes. Ahora leo más cómics digitales que físicos, pero el formato me sigue pareciendo igualmente válido y sigo considerando el cómic un arte.

EN RECUERDO DE ALFONSO AZPIRI

Tres décadas después -disponiendo ya de un bagaje profesional relacionado con el mundo del cómic muchísimo más amplio que entonces- volví a contactar con Alfonso Azpiri para invitarlo a la edición del Gran Canaria Comic-Can 2016, la cual tuvo lugar en noviembre del pasado año. Tengo que admitir que ojalá este tipo de negociaciones discurriera siempre de la misma forma que con el dibujante en cuestión, porque, normalmente, no es así.

Hay quien piensa que invitar a alguien a un evento es una cuestión baladí y que, con escribir un email, a lo sumo, dos es suficiente. Sin embargo, el proceso puede llegar a durar hasta seis meses y, en la mayoría de los casos, ni siquiera tienes la más mínima seguridad de lograr tu cometido; es decir, que la persona acuda al mencionado evento.

Con Alfonso Azpiri, sin embargo, y gracias a la intervención de su editor, Ricardo Esteban (www.dibbuks.es) todo este proceso fue muchísimo más sencillo y, además, pude hablar vía telefónica con el dibujante, hecho que me permitió poder responder a muchas de las cuestiones que se plantean a lo largo de una negociación de estas características.

Al final terminamos hablando media docena de veces, sin contar los correos electrónicos en donde me respondió a otro tipo de cuestiones, y pasadas apenas tres semanas Alfonso Azpiri confirmó su presencia en el evento gran canario.

Mot, en toda su inmensidad.

Por cuestiones de agenda luego no pudimos coincidir en las instalaciones de Infecar, pero ello no evitó que, pasado el evento, me enviara una ilustración que hizo para una novela pulp publicada hace dos décadas, gesto, éste, que me demostró que Alfonso Azpiri, además de un grandísimo profesional, era una persona increíble.

Con su muerte no solo se pierde al creador de Lorna, Mot y a quien fuera responsable de la identidad corporativa del mercado de videojuegos durante una década, sino a uno de los dibujantes que mejor supo entender e interpretar la relación entre el lenguaje secuencial y el séptimo arte, algo que queda claro al abrir el libro Azpiri y el Cine.

Solo espero que quienes tuvieron la oportunidad de compartir mesa y sesión de firmas durante el pasado Comic-Can disfrutaran tanto como yo cuando Alfonso Azpiri me dedicó el primer volumen recopilatorio de Mot, muchos años atrás.

Para más información sobre las publicaciones en el mercado de Alfonso Azpiri, por favor, consulten las web de las librerías especializadas http://www.leprechaun.es/ y https://www.facebook.com/Comic-Sería-113688985378806/

© Eduardo Serradilla Sanchis, 2017

Mot © Alfonso Azpiri & Ignacio Moreno, 2017

Imagen del dibujante cedida por él mismo, para incluir en la página web de la ComicCan 2016, celebrada en Gran Canaria el pasado año.

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Empecé a leer cómics a la misma vez que aprendí  a leer y, desde entonces, no he parado de hacerlo. En todas estas décadas he leído cómics buenos, regulares y no tan buenos, pero siempre he creído que el lenguaje secuencial es la mejor -y más idónea- puerta de entrada para leer tanto letras como imágenes. Ahora leo más cómics digitales que físicos, pero el formato me sigue pareciendo igualmente válido y sigo considerando el cómic un arte.

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