'Los últimos de Filipinas', una película sobre el fin del Imperio español se rodará en Canarias

El cineasta Salvador Calvo (detrás, 4d) y el productor Enrique Cerezo (detrás, 4i) posan junto a los actores Alexandra Masangkay, Karra Elejalde, Álvaro Cervantes, Javier Gutiérrez, Luis Tosar y Eduard Fernández (detrás, i a d) y Carlos Hipólito, Miguel Herrán, Patrick Criado Emilio Palacios y Ricardo Gómez (abajo, i a d), durante la presentación del rodaje de la película '1898. Los últimos de Filipinas' que se desarrollará durante 9 semanas en localizaciones de Guinea, Tenerife y Gran Canaria. EFE/Emilio Naranjo

Efe

Madrid —

Una lista de actores “de superlujo” y un guion que busca dar “un punto de vista actual” y “humanista” a los hechos históricos son las claves de la nueva versión de “Los últimos de Filipinas”, cuyo rodaje arrancará esta misma semana en Guinea.

Luis Tosar, Javier Gutiérrez, Eduard Fernández, Karra Elejalde y Carlos Hipólito son algunos de los veteranos incluidos en el reparto, que también cuenta con rostros nuevos, como el del ganador del Goya al mejor actor revelación Miguel Herrán, Ricardo Gómez, conocido por la serie “Cuéntame”, Emilio Palacios o Patrick Criado.

Todos ellos han presentado el rodaje en una rueda de prensa acompañados por el director, Salvador Calvo, y el productor Enrique Cerezo, que ha asegurado que se trata de una apuesta ambiciosa, con un presupuesto de 6 millones de euros.

“No es un 'remake'”, ha subrayado Calvo en referencia al filme de 1945 dirigido por Antonio Román. “Aquella era una película franquista que narraba las glorias del Imperio, y aquí lo que se cuenta son las miserias y lo dura que es la guerra”, ha subrayado.

“Es una película de aventuras y de personajes, que requería a los mejores actores”, ha precisado el director, curtido en la televisión y que debuta en el largometraje con una producción “complicada”, con muchos extras y localizaciones en Guinea, Tenerife y Gran Canaria.

Luis Tosar dará vida al teniente Martín Cerezo, líder de la resistencia en el llamado asedio de Baler, que duró un año.

“Es una historia controvertida y de resistencia, que tiene mucho que ver con el carácter español y las cosas de las que podemos ser capaces, entre la gesta y el absurdo”, ha destacado Tosar.

Javier Gutiérrez, que este viernes estrena “El olivo”, de Icíar Bollaín, y trabaja también en la producción internacional “Assasin's Creed”, ha subrayado que se trata de “una película de guerra con un mensaje antibelicista” y ha opinado que es “necesario” contar la parte de nuestra historia que no es bien conocida.

Karra Elejalde ha roto la seriedad del encuentro al confesar que está “acojonado” porque le “pique un bicho” o le “coma un cocodrilo” en Guinea, y después ha explicado que su personaje es un fraile franciscano que “les va dando la extrema unción” a los soldados.

“La película habla de 50 españoles huérfanos de patria. La guerra había acabado hacía 200 días, y ellos seguían matándose y consumiéndose al sol porque su patria les había vendido a los americanos por 20 millones de dólares”, ha afirmado.

Según el director, el guion es “lo más fiel posible” a los hechos históricos, aunque algunos personajes son ficción, como el que interpreta Álvaro Cervantes, que sirve para contar el “desencanto” del soldado que llega con brío a la guerra.

Real es también el personaje de Eduard Fernández, que interpreta al capitán Enrique de las Morenas. “Hay dos tipos de militares, los que quieren volver a casa y los que quieren ganar medallas, y el mío es de los primeros”, ha resumido el actor catalán.

El guionista, el cubano Alejandro Hernández, ha incidido en que esta historia cuenta “la verdad de una guerra”, alejada de romanticismos, y ha revelado que él mismo la sufrió en primera persona, en Angola, cuando tenía 18 años. “Esta historia me ha sacado todos los demonios”, ha confesado.

El rodaje durará nueve semanas. En Guinea se filmarán “grandes planos de selvas y playas”, la parte inicial de la película, visualmente más abierta.

Una semana después el equipo se trasladará a Tenerife y de ahí a Gran Canaria, al municipio de Santa Lucía, donde han reconstruido el pueblo de Baler y su iglesia, en la que estuvieron encerrados los soldados durante un año.

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