Bill Clinton salta a la palestra para aclarar el mensaje económico de Obama

NUEVA YORK, 23 (EUROPA PRESS)

Para cuando se celebren las elecciones legislativas en Estados Unidos el próximo 2 de noviembre, el ex presidente Bill Cinton, habrá protagonizado más de un centenar de actos para respaldar a los candidatos demócratas al Congreso. Su intervención es un acierto por partida doble: primero, sirve para arreglar los desmanes cometidos por los estrategas del partido durante la carrera electoral y, en segundo lugar, su mera presencia contribuye a incrementar la confianza de los votantes en las habilidades del partido Demócrata para restablecer el país frente a la crisis, como responsable de la explosión económica de Estados Unidos durante la década de los 90.

Clinton es el último ejemplo de una tendencia por la que el mapa político del país parece estar retrocediendo hasta el escenario de hace 15 años. El fortalecimiento republicano --todavía inmerso en la corriente del huracán 'tea party'-- es palpable y el partido Democráta retrocede: más costero, más urbano, con menos presencia en el sur, en el medio oeste y en las zonas rurales.

En tiempos en los que Obama parece haberse distanciado de los votantes, Clinton emerge como “una figura más benigna”, indica el analista Frank Newport, de Gallup. “Es más seguro llevar a Clinton a tu distrito, porque no es tan polarizador como Obama”, añade en declaraciones a la Radio Nacional Pública Estadounidense (NPR), explicando por qué, según el sondeo realizado por la encuestadora, un 40 por ciento de los encuestados se sentiría menos inclinado a votar por un candidato demócrata bajo la influencia de Obama frente a sólo un 26 por ciento cuando se trata de Clinton.

Para muestra está la comparecencia de Clinton en Everett, Washington, para apoyar la candidatura de la senadora Patty Murray. Una de las asistentes, Mary Beauduin, se declaró poco menos que extasiada. “Me dio la mano. No me la voy a volver a lavar más. Creo que es el mejor presidente que hemos tenido. Creo que es maravilloso”, añadió a la NPR.

DESCONCIERTO

Amigos del ex presidente aseguran que Clinton se encuentra absolutamente desconcertado ante la estrategia desarrollada por el partido durante las semanas finales de la campaña. Segun les cita el 'Washington Post', los demócratas han fracasado a la hora de articular un mensaje coherente sobre la economía y, lo que es peor, han dejado que los republicanos les conviertan en “piñatas humanas”.

Clinton ha hecho todo lo posible para despojarse de la vitola del salvador del partido. “La única razón por la que la gente me trata tan bien es porque ya no me puedo presentar a nada”, bromeaba ante sus asistentes en su mitin de Everett.

El problema es que su presencia es tal influyente que los demócratas no tienen margen de maniobra para presentar otros apoyos viables. “Bill Clinton no va a vivir para siempre”, apuntó al Post el profesor de periodismo Bob Rucker, “y es hora de que el Partido Demócrata desarrolle otras voces”.

Clinton gana adeptos por pura empatía. En Maryland, donde acudió para respaldar al actual gobernador Martin O'Malley, pidió a los votantes que entiendan estas legislativas como si fueran un deporte. “Si vemos los hechos como un reportaje de la ESPN --la cadena deportiva por excelencia de Estados Unidos, conocida por su presentación de datos y estadísticas- en lugar del galimatías que está financiando los intereses especiales --como califican los demócratas a los grupos de presión republicanos--, creo que la reelección de O'Malley está clara”, aseguró.

Pero Obama sigue siendo el líder y a él se refiere Clinton en numerosas ocasiones. “Le llamé el otro día y le dije: 'Relájate: no están diciendo nada de mi que no dirían de ti”, aseguró Clinton, mientras Obama dedicaba el jueves a recuperar el apoyo femenino que ha perdido desde su llegada al poder; un factor fundamental que le hizo ganar la Casa Blanca, cuando un 12 por ciento más del electorado femenino le prestó su apoyo. Ahora, las simpatías están divididas: un 47 por ciento de las mujeres votaría a un demócrata, un 44 por ciento a un republicano, según una encuesta de ABC News-Washington Post publicada a principios de mes.

EL DISCURSO INCOHERENTE

“Los esfuerzos de Obama para explicar claramente a los ciudadanos qué es lo que está haciendo, lo que se dice 'tejer una narrativa', están muy lejos de ser perfectos”, apuntó el experto del centro de análisis político Brookings, Thomas E. Mann quien, con todo, considera que la pérdida de popularidad de Obama es más bien consecuencia de los obstáculos estructurales en la economía más que un fracaso de sus capacidades de liderazgo.

Clinton está aquí para traducir al gran público el “bien documentado éxito de la estabilización financiera y de las iniciativas de estímulos”, que sin embargo pasan desapercibidas para el ciudadano medio estadounidense, quien piensa en “el aquí y en el ahora”, no en “cómo de malo podría haber sido”.

El ex presidente estadounidense piensa en esos términos. “Más de 10 millones de nosotros vivimos en casas que no valen las hipotecas que pagamos, pero no podemos mudarnos, porque nuestro crédito se quedaría 'fundido' durante una década”, indicó Clinton durante un mitin en Española, Nuevo México.

Uno de sus mejores amigos, el ex presidente del Comité Nacional Demócrata, Terry McAuliffe, lamenta la tarea de apagafuegos que se ha encomendado Clinton. “Está consternado y se pregunta por qué no se ha transmitido un mensaje más coherente sobre lo que el partido está realizando, en lugar de permitir que nos convirtiéramos en piñatas humanas. Creo que le perturba el hecho de que los Demócratas no hayan dado un paso adelante a la hora de explicar lo que están haciendo al público estadounidense”, añadió al 'Post'.

REGRESO A LOS 90

Los republicanos ya tienen una posición excelente para arrebatar decenas de escaños en Congreso y Senado, por no mencionar gobernaciones en el Sur y en el centro del país. Dependiendo de su sprint final, el GOP podría incluso entrar en tradicionales bastiones demócratas como Washington, California, Oregon y Massachusetts.

Por descontado, los Demócratas ya pueden olvidarse de anomalías como Indiana, que votó por Obama en 2008, en contra de 44 años de tradición republicana. Y tienen claras posibilidades para conseguir la gobernación en estados como Iowa, Michigan o Wisconsin, donde su poder parecía haberse reducido durante los últimos años.

Clinton parece encajar en este regreso al escenario político de los años 90. El antiguo representante demócrata por Florida, Jim Davis, opina así: “Los demócratas de Clinton tenían una reputación excelente de responsabilidad fiscal y creo que esta reputación se ha malogrado”. El representante por Louisiana, Chris John, cree que es necesario modificar la estrategia y retroceder al punto medio que abanderó el partido bajo el mandato del ex presidente estadounidense. “Habrá que mirarse al espejo y recordar ese modelo”, indicó a la web Politico.

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