Greenpeace exige a los 27 reducir sus capturas y frenar la pesca “destructiva” de la flota industrial

BRUSELAS, 13 (EUROPA PRESS)

La organización ecologista Greenpeace ha instalado a las puertas de la sede del Consejo de la UE, donde este lunes los ministros europeos de Pesca negocian las capturas para 2011, una gran réplica de un buque de pesca industrial para denunciar la “sobrepesca” de los buques comunitarios y exigir el final de la pesca “destructiva” de la flota industrial.

Bajo el lema 'Queridos ministros, ¡paren la sobrepesca!', la organización denuncia que la opinión de los científicos no es tenida en cuenta debidamente para fijar los Totales Admisibles de Capturas (TAC) y cuotas de la flota europea y acusa a los 27 de ceder ante los intereses de la industria.

La responsable de la campaña de Océanos de Greenpeace, Paloma Colmenarejo, ha criticado que la Unión Europea “ha fallado completamente” en la gestión de las pesquerías porque los ministros “piensan más en las grandes empresas pesqueras que en la gestión sostenible y en los consejos de los científicos”.

“En vez de repartirse unas cuotas a todas luces insostenibles, nuestros representantes deberían terminar con la sobrepesca y reducir la flota más destructiva”, ha insistido la portavoz de Greenpeace.

Se espera que entre hoy y mañana los ministros decidan las posibilidades de pesca sobre el 20% de las especies que capturan la flota comunitaria.

Los intereses de España se centran en la merluza del norte, para la que pedirá un incremento del 15% de su cupo, pese a que Bruselas recomienda mantener la misma cuota que en 2010 para este recurso de gran valor comercial.

Otras especies de interés para la flota española son la anchoa en el golfo de Cádiz y la merluza del sur y otros recursos como el rape y la cigala capturados en estas aguas ibéricas y para los que Bruselas recomienda reducciones de distinto nivel. La anchoa del golfo de Cantábrico no estará por primera vez en la negociación anual, ya que los 27 han pactado sus capturas hasta julio de 2011.

En el caso del jurel en aguas de las islas Canarias, la Comisión ha decidido delegar en el único país interesado, esto es España, para que decida sobre las capturas y gestión del caladero.

En opinión de Greenpeace, las delegaciones de los Estados miembros “se ven obligados a luchar por conseguir cuotas excesivas para mantener una flota industrial sobredimensionada y destructiva”. En un comunicado, la organización ecologista apunta que las grandes potencias pesqueras como España y Francia han recibido millones de euros en subsidios para la construcción de sus grandes pesqueros, que han sustituido a la flota artesanal.

“España, con una flota pesquera de 11.000 barcos, de los que el 80% son de bajura, debería favorecer esta pesquería y dejar de apoyar el agotamiento total de caladeros ya sobreexplotados y la destrucción de hábitats vulnerables”, ha dicho en este sentido Colmenarejo.

Además, de cara a la reforma de la Política Pesquera Común (PCP) que la Unión negocia a largo plazo, los ecologistas han resaltado que una de las principales medidas que debería incluirse “para salvar los océanos y el futuro del sector” es “reducir” la flota de buques “más destructivos, como los de arrastre, capaces de acabar con ecosistemas enteros en pocas horas”.

Para ello, abogan por fijar objetivos de reducción de flota “legalmente vinculantes” y favorecer políticas “más sostenibles y respetuosas con el medio marino” y también “socialmente aceptables”. Entre las medidas que defienden figura la introducción de “un tope legal para las capturas totales” y obligar a una mayor “transparencia y trazabilidad”.

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