Carlos Alonso y el juego de las sillas

Cuando te planteas si quieres a tu pareja, es que realmente ya no la quieres. Esto le ocurre a Coalición Canaria con el PSOE. Aunque el presidente del Gobierno de Canarias y líder de CC, Fernando Clavijo, hace un esfuerzo sobrehumano para demostrar que todo va como la seda, con selfies incluidos, son varias las voces que demuestran que el juego de cartas del partido nacionalista está inclinado hacia la derecha.

Parecía que todo podía quedar en un susto tras la moción de censura de Granadilla, hasta que el presidente del Cabildo de Tenerife y miembro de CC, Carlos Alonso, puso las cartas sobre la mesa, atacando al PSOE y señalando que el partido socialista está en el pacto “para que algunos cobren un sueldo a final de mes”. Toma castaña.

Otra cosa no, pero Carlos Alonso es más claro que el agua. Muchos dirán que es un hipócrita porque cobra más de 3.000 euros al mes. No obstante, en este caso es muy probable que tenga razón.

Tras las palabras del presidente del Cabildo de Tenerife, Clavijo no tardó en salir a defender lo indefendible: “Un pacto no se rompe por un calentón”. Los periodistas van a tener que empezar a contabilizar el número de calentones que les dan a los miembros del grupo nacionalista en un mandato, empezando por los del propio presidente del Gobierno.

Es una obviedad decir que Carlos Alonso prefiere un pacto con el Partido Popular, su antigua casa, por lo que no resulta extraño que apele a su espíritu conservador ante la posible ruptura del pacto. Como ciudadana agradezco que no finja delante de las cámaras su amor por Patricia Hernández (PSOE), con la que ha tenido sus más y sus menos. Defiende sus intereses y los de su partido con frases como las que nos dejó esta semana en el Diario de Avisos: “No perdamos de vista los valores de ATI”. Fin de la cita.

Oramas ‘versus’ Alonso

Por primera vez, y sin que sirva de precedente, estoy de acuerdo con Ana Oramas (CC), que se atrevió a reñir públicamente a su compañero de partido, calificando sus palabras como “inoportunas”. Y es que, si Carlos Alonso no tiene a nadie que le diga que debe ser más cuidadoso con sus declaraciones, tiene un problema grave. Un partido que lleva 30 años gobernando con pactos con el PP o el PSOE y más que salpicado por la corrupción no puede tener esos desaires en público. De esta forma, lo único que hace es dejar en evidencia a su partido, ya que el contraargumento de la oposición es más que previsible.

Mientras que Coalición pretende resucitar el viejo espíritu de ATI, algo que asusta, el PSOE aboga por seguir tolerando los calentones de su socio de gobierno con todas las consecuencias que esto implica. El partido socialista no parece estar mucho mejor de lo que se ve a escala nacional, y en lugar de jugar por la banda izquierda, lo hace por la derecha. Así lo demuestra el secretario de Organización de los socialistas canarios, Julio Cruz, que aboga por la abstención ante la inminente investidura de Mariano Rajoy.

Al final, me voy a empezar a creer eso que dice Carlos Alonso de que hay políticos que están para “cobrar un sueldo a final de mes”.