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El Tenerife de Ramis arranca con una derrota por dos penaltis en Almería

José Miguel Galarza

Santa Cruz de Tenerife —

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El Tenerife de Ramis arrancó este jueves como el Tenerife de Rubén Baraja. Un 2-0, entonces en Málaga y hoy en Almería, y la impresión de que le queda un tortuoso camino en lo que encuentra soluciones a las carencias en el juego, la confección de la plantilla y la baja forma de jugadores llamados a dar más. Entre tanto, caen las derrotas, ahora en una versión desconocida tras sendos penaltis en la continuación, después de una primera con solo un cuarto de hora de dominio blanquiazul.

Tuvo el representativo para arrancar un cuarto de hora alentador. Esperó arriba al rival, se asoció en el juego de toque para apostar por la combinación, permitiendo la aparición de Shashoua aquí y allá, con una de lujo tras pase de Suso (m.14) que mal resolvió con un tiro desviado. Fue no rifar la pelota y encontrar a los jugadores con más talento y dio otra sensación el Tenerife, una proposición ofensiva con más fundamento que hasta hoy.

Y es verdad que la propuesta no obró en nada que obligara a Fernando porque nada acabó entre los palos. Pero la aplicación en ese tramo, con las líneas juntas y los extremos negando el juego por los flancos de los locales, quizá apunte a lo que busque Ramis hasta final de año. Como Baraja, se encuentra un grupo descreído de sus fortalezas, que las tiene, y con poco margen para ir imponiendo su método —tratando de recuperar a Joselu— mientras espera que lleguen goles y puntos.

El partido comenzó a igualarse en lo que el Almería encontró las debilidades del Tenerife. Perdieron el medio juego Aitor Sanz y Folch, se aflojaron las costuras por los laterales y empezó Lazo a amenazar con conducciones entre líneas y Aitor Buñuel a poner balones en el área. Ya había avisado Ramazani (m.7) en el único error de marca, pero lo que llegó con el despertar del equipo de José Gomes fueron avisos de la letalidad que sí mostró, a balón parado, tras el entretiempo.

Por orden, un remate de Cuenca batiendo a Ortolá bajo palos (m.19) que el árbitro anuló de inmediato por entender falta a Sipcic en el cuerpeo para hacerse sitio del central catalán. En el 24, otra oportunidad de oro que desaprovechó Robertone tirándola alta tras el despiste de Wilson. Luego, un cabezazo de Juan Villar (m.37) detenido por Ortola, tras una segunda jugada permitida por otra desatención. Y de postre (m.45+1), un tiro lejano de Petrovic, sin nadie que tapara. El Tenerife ya andaba desajustado, defendiendo largo y obligado a hacer las faltas cerca de su área.

La vuelta del vestuario precipitó el desenlace, aunque primero (m.47) se apareció la peor versión de Bermejo, incapaz de enganchar un balón en el área pequeña con pinta de gol. Tuvo hasta tres remates más el ex españolista, todos blandos, ninguno con el sello de precisión de otras citas. Dos minutos después de la más clara del grupo de Ramis, le tocó a Bruno Wilson la primera pifia con valor extremo de la noche. Fue a cortar de cabeza con los brazos arriba, en el área, un balón sencillo de no haber golpeado con el codo a Robertone. Juega el central con un punto de suficiencia que no se corresponde con sus prestaciones. Tiró Lazo el penalti, y lo adivinó Ortolá, pero entró el balón. Se abrió, de paso, la sima habitual de este curso.

En ventaja, el Almería dio un paso tras para protegerse y, en desventaja, el Tenerife se atascó cuando la obligación de proponer era máxima. Ni Folch, ni Aitor Sanz casan para romper con un pase o una conducción —el Tenerife no tiene un ocho, salvo mejor opinión de Vada—, ni este Bermejo, ni este Suso, ni este Nono, la chispa para arrancarse con un requiebro, ni Sol la tranquilidad para fabricarse goles, por más que tuvo dos buenos controles de espalda para orientarse y definir.

Con la angustia del tiempo que corre en contra, llegaron dos cambios —Nono para tirarse a la izquierda y Joselu para acompañar a Sol— y otro error inocente. Con los centrales abiertos, la sacó larga Aitor Sanz para dar salida desde la cobertura y se la regaló a Petrovic, un tipo versátil que tanto da la patada justa como mete un pase envenado de treinta metros. Éste, a la espalda de Aitor, buscó a Umar, que le ganó la carrera y el balón al capitán, vencido en el corte lo justo para derribar al nigeriano. Otro penalti.

El resto sí que casa con lo previsible. Volvió a rozar la parada Ortolá, se apuntó el gol Umar y quedó otro cuarto de hora amargo con todas las suertes. Un libre directo de Nono, dos remates blanditos de Joselu y una pifia de Sipcic en el 82 que casi corrige Wilson con una tercera pena máxima. Se atragantó Umar buscando el doblete, encarando al portero, y se ensució la jugada para acabar en la nada. La misma por la que camina este Tenerife mientras trata de encontrar una ruta segura hacia la permanencia.

(2) UD ALMERÍA: Fernando; Aitor, Chumi, Jorge Cuenca, Álex Centelles; De la Hoz, Petrovic (Maras, m.75); Juan Villar (Morlanes, m.75), Robertone (Umar, m.62), Lazo (Fran Villalba, m.68); y Ramazani (José Corpas, m.62).

(0) CD TENERIFE: Ortolá; Moore, Sipcic, Bruno Wilson, Álex Muñoz; Suso (Joselu, m.62), Ramón Folch, Aitor Sanz, Bermejo (Jacobo, m.83); Shashoua (Nono, m.62) y Fran Sol (Apeh, m.72).

ÁRBITRO: Álvaro Moreno Aragón (Comité Madrileño). Amonestó a los locales Robertone (m.31) y Corpas (m.71) y a los visitantes Bruno Wilson (m.49), Suso (m.49) y Ramón Folch (m.40).

GOLES: 1-0, Lazo, de penalti (m.51). 2-0, Umar Sadiq (m.75).

INCIDENCIAS: Partido de la 14ª jornada de LaLiga SmartBank 20/21, jugado a puerta cerrada en el estadio Juegos del Mediterráneo. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Jesús Verdejo, exdirectivo del Almería, y Diego Armando Maradona.