El Real Madrid jugará la final de la Copa ULEB
El Real Madrid disputará por segunda vez el próximo 10 de abril la final de la Copa ULEB en la localidad belga de Charleroi, donde tendrá como rival al Lietuvos Rytas lituano, y un billete para la Euroliga 2007-08 en juego, después de remontar en Vistalegre la desventaja encajada en la ida de las semifinales contra el Unics Kazan ruso.
El bloque español repitió lo sucedido en los dos choques que ambos conjuntos libraron en la primera vuelta. En esa ronda perdió por seis a domicilio y ganó por diecisiete en casa. En el asalto que abrió la semifinal hace una semana cayó por siete tantos (76-69) y en el de vuelta volvió a desvestir al bloque dirigido por el lituano Antanas Sireika, que aguantó dos cuartos y se desmoronó en el tercero.
Era de esperar que la remontada resultase una tarea exigente y penosa. El Madrid recuperó al estadounidense Louis Bullock -un punto de tiro libre en la ida-, añadió al belga Axel Hervelle a las piezas productivas del ataque y siguió, una jornada más, disfrutando del esplendor de un hombre que ha alcanzado la madurez deportiva: Felipe Reyes. Apoyado en esos tres vértices dio carpetazo al Unics con aperturas antes del intermedio y comodidad en los dos periodos restantes.
El primer tiempo terminó con los blancos a medio camino de su meta (44-40). Sin embargo, quedó la sensación, con todas las opciones locales intactas, de que el Unics no iba a regalar nada de nada. Al Madrid le cuesta hacer puntos, de otra forma habría rentabilizado el abrumador dominio reboteador que implantó desde el comienzo y habría dejado de preocuparse bastante antes.
Pese a capturar ocho rebotes más que los tártaros hasta el minuto veinte (veintidós rechaces por catorce), la diferencia al descanso todavía daba el pase a los rusos (44-40). El lituano Saulius Stombergas -ocho puntos en medio partido-, el serbio Dusko Savanovic -diez- y el estadounidense Cameron Stevenson -ocho- habían dado con la tecla para sostener a los suyos en la primera línea de fuego.
Remontada en veintiún minutos
El Real Madrid, más allá de la buenas noticias que manejaba el cuadro tártaro después de medio partido, entendió que tenía que lanzarse a por todas y, a los veintiún minutos de juego, ya había logrado el escenario que pretendía: (28-20).
Su pecado radicaba en haber colaborado de forma inconsciente a los intereses del Kazan al entrar en algunas situaciones de juego embarulladas. Una de ellas le costó una falta antideportiva en el segundo cuarto y no los doce tantos del inconmensurable Felipe Reyes ni los once de Hervelle ni los doce de Bullock le habían dado un margen lo bastante amplio como para confiarse.
El bloque tártaro sabía de sobre que siete puntos pueden ser un abismo si se saben manejar algunas situaciones. Sobre todo, las que cortan el ritmo de juego. En el segundo cuarto, con la antideportiva y otros habilidades, lo consiguió. En el arranque del tercero, sin embargo, topó con un Madrid centrado, única y exclusivamente, en engordar el marcador y resolver la eliminatoria.
Un 7-2 de salida les llevó a los números que le daban el pase (51-42, min. 22). El único hombre del Kazan que aportó algo en ese tramo responde al nombre de Darijus Lavrinovic. Transformó cuatro puntos de vital importancia y, cuando Bullock colocó el margen en doce puntos (54-42 m.23) también respondió. Aún así, el Madrid surgió desde el vestuario con la mentalidad adecuada para lograr el anhelado objetivo de un pasaporte para la final.
Bullock desapareció en la ida y también en el Palau Blaugrana y no lo pudo disimular. Es tan constante que cuando se sale del guión llama la atención. Su equipo esperaba la mejor versión del escolta para una ocasión tan trascendental como esta. El americano acudió puntual a la cita.
Un triple y un tiro libre del norteamericano encauzaron la clasificación madridista para que uno de los destacados en la ida, el también estadounidense Chris Smith, estrenase su cuenta en el momento perfecto desde el arco de triples (63-47 m.29).
Superioridad total
Por fin, la superioridad que el líder de la ACB demostraba en la pista cobraba cuerpo en el marcador. Aunque sólo fuera por el abismo existente en los rebotes de ataque (doce por tres), los hombres de Joan Plaza merecían ir por delante. Los aficionados madridistas que llenaron Vistalegre también.
La final, a falta de diez minutos, esperaba a los blancos. Mucho más cuando el serbio Blagota Sekulic palmeó el último balón del tercer cuarto (66-49). Sekulic y Reyes poco más podían hacer. Producían puntos y rebotes como máquinas (quince y diez el internacional español junto a doce y cinco del ex yugoslavo).
El turco Kerem Tunceri obvió los problemas físicos que sufre en un hombro para ampliar la brecha a veinte puntos en la apertura del último periodo (69-49). El Kazan acusaba los efectos del arrollador tercer periodo español (22-9). La clasificación se le iba de las manos.
El Madrid acentuó esa sensación de los rusos a través de Bullock (73-51 m.33). El trabajo estaba hecho. Sólo faltaba proteger los beneficios y sellar el pase a la final del próximo 10 de abril en la localidad belga de Charleroi contra el Lietuvos Rytas lituano, que perdió la vuelta en pista del Zelenik serbio (72-69), pero hizo valer la ventaja de la ida (78-67). Los locales lo lograron de forma casi mecánica. El Kazan ya se había rendido.
Ficha técnica
Real Madrid (84)
Unics Kazan (63)
Real Madrid (22+22+22+18): Tunceri (3), Bullock (27), Smith (3), Hervelle (11), Reyes (23) -cinco inicial-, López (3), Hernández Sonseca (), Sekulic (12), Tomas (-) y Mumbrú (1), N'Guema (1) y Aguilar (1).
Unics Kazan (18+22+9+14): McCullogh (2), Stevenson (10), Stombergas (8), Dariujs Lavrinovic (13), Meshcheryakov (6) -cinco inicial-, Chikalkin (7), Savanovic (12), Samoylenko (-), Krystof Lavrinovic (5) y Zhukanenko (-).
Árbitros: Jungebran (FIN), Jersan (SLO y Ryzhyk (UKR). Excluyeron por personales a Stevenson (min. 37).
Incidencias: encuentro correspondiente a la vuelta de las semifinales de la Copa ULEB 2006-07 disputado en el Palacio Vistalegre ante unos 15.000 espectadores.