Sebastián Sansó es, teóricamente, un técnico, de esos que sirven a los políticos con dobleces como escudos para decisiones controvertidas. Su etapa como director gerente de Infecar se caracterizó por una auténtica limpieza aromatizante, es decir, despidió a todo lo que oliera a socialista o a nacionalista por encargo de su mentor político, José Manuel Soria. Sin embargo, sus resultados en el Recinto Ferial no debieron ser brillantes porque, a diferencia de otros gerentes de la era pepera que el PSOE ha mantenido (caso del Auditorio Alfredo Kraus), la relación contractual de Infecar con Sansó acabó en febrero pasado con despido e indemnización de 60.000 euros. Luego recaló en Proexca, donde parece que tuvo sus más y sus menos con la temperamental Cristina Reyes, que había sido su jefa política en Infecar.