Pero, además, Soria dice que pagó algunas compras y los billetes aéreos de regreso en línea regular. No dudamos de ninguno de estos dos extremos, del mismo modo que siempre sostuvimos (y así consta en la denuncia) que tuvo que regresar en línea aérea comercial por tener que quedarse en Londres el avión de Lyng para una revisión rutinaria. Lo que nos falta por conocer es el desglose de los gastos, sobre todo al llegar a Noruega. Es interesante conocer qué hoteles pagó Soria y cómo contrató su parte del paquete de la pesca del salmón, una atractiva oferta turística muy exclusiva que ha de contratarse con mucha antelación y pagar por adelantado, como siempre hacía Lyng con todos sus viajes y con todos sus invitados. Que Soria haya pagado algunos de sus gastos es lo normal, porque lo contrario sería tener que afirmar que tenemos un vicepresidente gorrón hasta límites siderales.