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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

Últimos movimientos patronales

Déborah Verde es muy influyente ante su hermano Juan, e incluso ha conseguido que éste se lleve a Heidi Arocha, dimitida y fuertemente contestada ex presidenta de la AEC, a trabajar en la Cámara de Comercio Americana. El desenlace de la crisis en esa patronal, con un fortalecido Eustasio López (irá en las listas de Grisaleña como seguro vicepresidente de la Confederación), con la salida en falso de la patronal de promotores inmmobiliarios, con el fallido intento de hacer presidente a Jorge Rodríguez... han hecho estallar en mil pedazos la delicada paz de esa patronal de constructores. Santana Cazorla consiguió de sopetón convertirse en vicepresidente de la Confederación en representación de la AEC y convencer a Juan Verde, a través de su hermana, de la puñetita hecha a Lopesan con la vfisita a Al Gore. Por eso este viaje traerá secuelas, y ádemás de una cataris en la AEC, generará en una estampida en la Cámara de Comercio Americana. Y todo ello sin que el juez de Góndola haya movido un nuevo papel, que esa es otra.

Déborah Verde es muy influyente ante su hermano Juan, e incluso ha conseguido que éste se lleve a Heidi Arocha, dimitida y fuertemente contestada ex presidenta de la AEC, a trabajar en la Cámara de Comercio Americana. El desenlace de la crisis en esa patronal, con un fortalecido Eustasio López (irá en las listas de Grisaleña como seguro vicepresidente de la Confederación), con la salida en falso de la patronal de promotores inmmobiliarios, con el fallido intento de hacer presidente a Jorge Rodríguez... han hecho estallar en mil pedazos la delicada paz de esa patronal de constructores. Santana Cazorla consiguió de sopetón convertirse en vicepresidente de la Confederación en representación de la AEC y convencer a Juan Verde, a través de su hermana, de la puñetita hecha a Lopesan con la vfisita a Al Gore. Por eso este viaje traerá secuelas, y ádemás de una cataris en la AEC, generará en una estampida en la Cámara de Comercio Americana. Y todo ello sin que el juez de Góndola haya movido un nuevo papel, que esa es otra.