La ausencia del G-8 y la falta de metas marcan la Cumbre Mundial contra el hambre

ROMA, 16 (EUROPA PRESS/ Gloria Moreno)

La ausencia de los líderes de las principales economías del mundo así como la falta de concreción en los acuerdos alcanzados por los distintos países marcaron la primera jornada de la Cumbre Mundial sobre la Seguridad Alimentaria que se inició este lunes en Roma, en la sede de la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) de las Naciones Unidas.

A excepción del primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, la reunión estuvo caracterizada por la ausencia de los demás miembros del G-8, es decir, de las economías más potentes del mundo, hecho que fue subrayado por el director general de la FAO, Jacques Diouf, así como por los principales responsables de la sociedad civil y de las organizaciones no gubernamentales que participaron en el evento.

La cumbre contó, en cambio con la presencia del Papa Benedicto XVI, que esta mañana definió el hambre como “el signo más cruel y concreto de la pobreza” y lanzó un llamamiento contra “la opulencia y el derroche” en un mundo en el que pasan hambre más de 1.000 millones de personas.

La presencia del Pontífice fue muy aplaudida por Diouf quien, después de lamentar la ausencia de “los líderes de los países que tienen poder material”, celebró la participación, no obstante, de Benedicto XVI, quien dio una “dimensión espiritual” a la reunión, aseguró.

Además del Papa estuvieron presentes el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon; el presidente de Brasil, Luiz Ignacio Lula da Silva; la de Chile, Michelle Bachelet; el líder de Libia, Muamar Gadafi; y el presidente de Egipto, Mohamed Hosni Mubarak, entre otros.

Por parte española, participó una delegación presidida por la ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Elena Espinosa, y la Secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Soraya Rodríguez Ramos.

BORRADOR POCO CONCRETO.

Sin embargo, el borrador de la declaración aprobada por los representantes de los distintos países presentes fue criticado por su falta de concreción en cifras y fechas. Si bien los países acordaron trabajar para invertir la tendencia a la baja de los fondos para la agricultura y promover nuevas inversiones en el sector, Diouf lamentó el hecho de que no se hubiera hablado de una cantidad concreta de dinero ni tampoco de un plazo para estos objetivos.

“Si se fija una meta es necesario cuantificarla y decir cuándo se tiene que cumplir”, explicó Diouf en el marco de una rueda de prensa, durante la que aprovechó para renovar una vez más su llamamiento para que la comunidad internacional invierta 44.000 millones de dólares cada año en inversiones para el desarrollo y la innovación agrícola de los países más desfavorecidos.

En realidad, “se trata de una cantidad pequeña si se compara con los 365.000 millones en subvenciones a los productores agrícolas en los países de la OCDE en 2007”, destacó e insistió en la necesidad de producir alimentos en el lugar donde residen los pobres y hambrientos.

“En algunos países desarrollados, entre el dos y el cuatro por ciento de la población puede producir suficientes alimentos para toda una nación y además exportar, mientras que en la mayoría de los países en desarrollo, entre el 60 y el 80 por ciento de la población no logra cubrir las necesidades nacionales de alimentos”, explicó.

El borrador del documento final también apuesta por mejorar la gobernanza de las cuestiones alimentarias a nivel mundial así como hacer frente de forma proactiva a los desafíos del cambio climático.

BAN KI MOON: ALARMA SOBRE EL CLIMA.

En su intervención, el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, destacó, sin embargo, que “no podrá haber seguridad alimentaria sin seguridad del clima” ya que “si los glaciares del Himalaya se derriten se verán afectados los medios de vida y la supervivencia de trescientos millones de personas en China, y cerca de mil millones en toda Asia”.

Del mismo modo “los pequeños campesinos de África, que producen la mayor parte de los alimentos del continente y dependen sobre todo de la lluvia, podrían ver sus cosechas mermarse un 50 por ciento en 2020”, subrayó.

Aun con todo, durante la Cumbre también se recordaron los avances realizados en los últimos cinco años por diversos países de África, Latinoamérica y Asia, que han logrado reducir de forma sustancial el número de víctimas del hambre en su territorio.

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