TOMA DE TIERRA

Para qué sirve que pienses que en España hay dos polos, además de para venderte salchichas

La publicidad es una ciencia que no deja nada al azar. Tal vez el anuncio que ha hecho esta Navidad Campofrío, limando los polos que supuestamente alejan a España y a familias y amigos, no hubiese sido posible hace una década. Porque hace una década nadie con poder y dinero para anunciar así el jamón estaba preocupado porque las ideas democráticas atentaran contra sus privilegios. Pero hoy, el mismo día que un fascista ha ganado las elecciones en Chile, el país donde le arrancaron la voz a Víctor Jara como lección a cualquiera que se atreviera a tararear ideas de igualdad, el terreno del discurso lo aguanta todo y través de la publicidad se pueden embutir también ideas para que te relajes con las tuyas.

Han sido diez años de domesticar a la opinión pública y a las ideas que podrían representar a las mayorías, mayorías que viven en la precariedad con un serio problema para acceder a la vivienda, con amenazas sobre su integridad física por su orientación sexual o incluso por ser quién realmente es y andar por la calle. Diez años criminalizando, en los juzgados y en los medios con mentiras, a aquellas personas que defendían ideas de justicia social. Diez años claudicando en las cenas familiares de defender los ideales propios para no incomodar a los abusones. Por posicionarse en lo que un día fue un consenso, los derechos humanos que un día nos dimos después de ver lo devastador de la guerra y el genocidio. Por ser feministas porque el feminismo es la garantía de la igualdad real y de que no nos maten y nos violen.

En este punto, otra pregunta, ¿Es la justicia social el polo opuesto a otra cosa? Sí. Siempre. A la injusticia social. Y la igualdad lo es de la desigualdad. Defender estas dos cosas coloca a esos individuos como radicales, y la madre de ninguno de nosotros quiere que seamos radicales porque hasta esa palabra se ha pervertido abandonando su etimología y ahora ya no son radicales los que van a la raíz de las cosas sino aquellos que quieren impedir que se desahucie a familias sin alternativa habitacional.

Y hablando de la perversión del discurso, los anuncios y de desahuciar, el nuevo anuncio de un banco rescatado utiliza una versión musicalizada de la metáfora de la utopía de Galeano, que a su vez tomó de las palabras de su amigo Rafael Fernando Birri, para promocionar las bondades de su obra social. Spoiler: la mejor obra social es no desahuciar niños y niñas, y con eso no haría falta mucho más.

Los únicos extremos que hay en este país son las mayorías sociales soportando una cúspide de privilegiados, que también son los dueños de los grandes medios de comunicación, que también son los dueños de la propaganda que te embute el miedo para que creas que tu opresor te representa. Es entonces la hora de los radicales, los que buscan en su presidente más que un bono para el transporte y un tuit felicitando al nuevo presidente de Chile. La parte que se han quedado para poderse permitir decir que la igualdad es polarizarse. Y nada más.