El presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, ha aparcado la posibilidad de implantar la tarifa única en el transporte interinsular y apuesta por elevar del 50% al 75% el descuento para abaratar el billete a los residentes. Y lo ha hecho por cuestiones pragmáticas: lo primero debe ser negociado con Bruselas y lo segundo sólo depende de la voluntad política del Ministerio de Fomento.
Clavijo, a preguntas tanto del Grupo Popular como del Mixto (ASG), ha asegurado que la tarifa única tiene “un tufillo preelectoral”, por el Ejecutivo que ha presidido Mariano Rajoy, que ha tenido cuatro años y varios meses para abaratar los viajes entre islas, una “vieja reivindicación” de los gobiernos canarios que ahora pone sobre la mesa el gabinete de los conservadores, pero además pasándole la pelota a la Unión Europea, que en estos momentos “puede poner bastantes dificultades”, por lo que pidió al Gobierno central que “no se enfrasque en una batalla de negociaciones” que, en el mejor de los caso, no podría aplicarse hasta 2017.
Asimismo, se ha mostrado contrario a la petición del líder de ASG, Casimiro Curbelo, de que Fomento eleve al 100 por 100 la bonificación para los residentes en las islas no capitalinas, pues “no aspiramos a que nos regalen nada ni a tener un privilegio”. No obstante, Curbelo coincidió con el presidente en aparcar la tarifa única de 30 euros para todos los billetes entre islas, pues “seguramente la UE va a rechazar la propuesta”.
Una decisión no compartida por el nuevo líder del PP canario, Asier Antona, que alabó la “sensibilidad” del Gobierno en funciones por fomentar la tarifa única y pidió a Clavijo que estudie “de forma rigurosa” la propuesta, pues mejorará la conectividad y competitividad para abaratar y mejorar los costes de los precios dentro del Archipiélago.
En lo que sí se pusieron de acuerdo el presidente del Ejecutivo y los dos grupos de la oposición, es que hay que buscar medidas que reactiven la economía posibilitando la cohesión territorial y social y permitiendo la igualdad de oportunidades entre personas y territorios.
Una conectividad que Clavijo extrapoló al turismo, pues “quienes nos visitan deben conocer nuestras ocho realidades a precios competitivos”.