El consejero de Educación y Juventud del Cabildo de Gran Canaria, Miguel Montero, afirma que el Consejo insular de la Juventud ya cuenta con una gestora conformada por nueve personas que, en un futuro, espera que puedan llegar a manejar una partida presupuestaria.
“El modelo de los que creemos en la participación se centra en que hay que ir hacia la co-gestión de las políticas de Juventud, tanto en su diseño, como en su ejecución. De forma que los jóvenes dejen de ser espectadores y pasen a ser actores”, sostiene el consejero. Una actividad que, según añade, no quedará exenta de los correspondientes controles de la Administración.
Montero lamenta que el Partido Popular (PP) no apostara de forma clara por la participación juvenil durante el pasado mandato. De hecho, precisa que el Consejo de la Juventud existe sobre el papel desde mayo de 2011, pero nunca se ha llegado a reunir.
Esto demuestra, en su opinión, que “el PP ocultó deliberadamente a los jóvenes que tenían la posibilidad de participar, porque ese mismo órgano podía haberles sacado, en un momento determinado, las vergüenzas de lo que estaban haciendo en Juventud”.
Las nueve personas que conforman la gestora del Consejo provienen de diferentes colectivos que no excluyen a organizaciones políticas. Estos representantes liderarán un espacio que define como “totalmente independiente, ahí no va a haber políticos manejando, ni voy a ser yo el presidente del órgano”.
El consejero no desdeña la presencia política en la entidad y mantiene que “lo que sería malo es que el órgano se convirtiese en una especie de segundo pleno o hubiese un intento de mediatizar la acción del gobierno, pero yo asumo el riesgo de que el Consejo de la Juventud algún día me pueda tirar de las orejas”.
El empleo, una prioridad
Montero recuerda que el PP desmanteló el área de Educación del Cabildo grancanario y eliminó todos los proyectos que estaban en marcha, así como el presupuesto y el personal. Motivo por el que afirma que ha destinado los seis primeros meses de gobierno a recuperar esta actividad y a iniciar una serie de iniciativas que “han tomado cuerpo en enero de 2016”.
Entre las prioridades a desarrollar, fija la mejora en la empleabilidad. “Nos encontramos con jóvenes que no tienen titulación de ESO que no se pueden permitir apuntarse a una FP básica, ni a dos años de un ciclo formativo de Grado Medio, porque tienen que llevar un plato de comida a la mesa cada día”, asevera.
Para implementar las posibilidades laborales de este sector de la población, la administración busca ofrecer orientación, enseñar la forma de mejorar un currículum, dar las claves de la imagen personal a la hora de afrontar una entrevista, aportar herramientas para buscar trabajo a través de Internet y poner en marcha cursos de corta duración.
A pesar de que la ley canaria de juventud estipula el intervalo de edad considerado como “joven” entre los 14 y los 30 años, el consejero es consciente de que la situación de crisis económica y la gestión del PP y el Partido Socialista (PSOE) ha abocado a que “gente de 35 esté igual que cuando tenía 25, sin trabajo y volviendo a casa de sus padres”.
El presupuesto de la Consejería que dirige Montero se ha incrementado en un 15% hasta alcanzar los 3,6 millones de euros, que han servido para volver a poner en marcha el área de Educación, con medidas como reforzar el apartado de becas, cuya partida aumenta hasta los 900.000 euros; o la creación de una red de universidades populares.