El Parque Agrícola de la Finca El Galeón, un espacio de enorme riqueza ambiental ubicado en pleno casco urbano de Santa Brígida, se ha convertido en un desconocido para los vecinos del municipio grancanario, que apenas acuden a pasear por sus senderos al estar escondido tras un vallado y un aparcamiento de tierra implantado sin orden ni concierto, según han denunciado los miembros de la Plataforma Ciudadana El parque que queremos, Eduardo Martín y Juan Carlos Domínguez.
A pesar de que han solicitado al Ayuntamiento integrar la Finca en el pueblo mediante la eliminación del vallado y su unión con el resto elementos que la rodean, como la Casa del Vino y el mercadillo, la Plataforma ha conocido recientemente que la intención de la Administración local es otra: construir una carretera para aliviar el tráfico que se forma a la entrada del municipio. Dicha vía conectará con dos rotondas, una de las cuales se ubicará en la curva del Molino y la otra en el casco urbano del pueblo, donde ocupará parte de la explanada de aparcamientos implantada entre el mercado y el velatorio.
Martín explicó que el responsable del proyecto es el Cabildo, porque es dueño de los terrenos de la finca y del aparcamiento por el que pasará la carretera. Respecto a la explanada de tierra, puntualizó que en la actualidad el Ayuntamiento se vale de un permiso para utilizarlo “indebidamente” como zona de estacionamiento de vehículos. Asimismo, señaló la relación existente entre el alcalde de Santa Brígida, Lucas Bravo de Laguna, con la corporación grancanaria, donde es consejero de Deportes.
El proyecto de reordenación del trazado viario, que ya se encuentra redactado, se desarrollará en dos fases y contará con un presupuesto de 3,9 millones de euros. Según se explica en el documento, la actuación pretende minimizar la congestión del tráfico que se produce durante las horas punta en la intersección con el Paseo del Guiniguada, principal vía de acceso al núcleo urbano de Santa Brígida.
Aunque admitió que en ocasiones se producen problemas de tráfico en el municipio, especialmente los domingos, Martín aseguró que se trata de “momentos puntuales” y advirtió que, de llevarse a cabo la obra, “nos negarían para siempre la oportunidad de integrar el parque El Galeón con el casco urbano”. “Cuestionamos si realmente vale la pena desmembrar definitivamente esa zona del resto del casco, por resolver un problema de tráfico que realmente no es tan grave”, apostilló.
Además, denunció que una de las alternativas que propone la Administración insular pasa por construir un puente de unos siete metros de altura que ocuparía una parte de la finca, lo cual “causaría un impacto medioambiental importante”, ya que se talarían palmeras y eucaliptos, además de otro tipo de vegetación.
Participación ciudadana
Domínguez anunció que la Plataforma, que cuenta con unos 200 adscritos, propondrá la creación del “gran parque urbano” de Santa Brígida durante el periodo de alegaciones al Plan General del municipio, que todavía no ha salido a información pública y se encuentra en su fase de aprobación inicial. Asimismo, exigió a la Administración local que tenga en cuenta “la opinión de la gente, del pueblo y de expertos”.
Ambos miembros del colectivo denunciaron el “caciquismo decimonónico” que sigue existiendo en el municipio y mencionaron que otras asociaciones no se quieren relacionar con la propuesta, a pesar de estar de acuerdo, porque “no quieren quedar mal con el Ayuntamiento”.
Al respecto recordaron que, cuando la Administración local se dio cuenta de que esta petición colisionaba directamente con el proyecto de la nueva carretera “nos pusieron la proa”. “Nos han puesto muchísimos problemas” manifestó Domínguez, que relató cómo en una ocasión al poner una mesa con información sobre la propuesta en el Mercadillo “mandaron a la policía para que la retiráramos”. “La segunda vez que pedimos permiso nos dijeron que teníamos que pagar una tasa de ocupación de vía pública, como si fuéramos un restaurante”, ironizó.
Respecto a las plazas de aparcamiento que se eliminarían con la ampliación del parque, Martín indicó que en la nueva zona del Palmeral “hay sitio de sobra” y reivindicó la falta de señalización existente, además de la paralización de las obras del centro comercial, que tiene espacio para 400 estacionamientos. En este punto, denunció que el edificio incompleto “ha matado la vida comercial y turística del pueblo”. Motivo por el que añadió que “proponemos que este parque no sólo sea usado por los vecinos, sino que signifique el revulsivo económico y turístico que necesitamos”.
Un parque olvidado
La Plataforma demanda una renovación de la finca, que se muestra descuidada a medida que los viandantes se adentran en su interior. Domínguez propuso la inclusión de aparatos de ejercicios para personas de edad avanzada, además de la adaptación de los senderos para hacer deporte y que así “vengan a correr aquí las personas y no lo hagan por la carretera, como ocurre ahora”.
Durante un recorrido por la finca, el pequeño auditorio de la parte inferior lucía destartalado, las antiguas vigas de tren que formaban bancos estaban vacías y el Museo del Agua que revestía una inscripción con varias orgullosas instituciones, había sido objeto del vandalismo, sin necesidad de llave, que según recordaron Domínguez y Martín “normalmente no la suelen tener aquí, esto está casi siempre cerrado”.