Por Fogones

Sombras de cierre se posan sobre la hostelería de Gran Canaria

No empieza bien 2023 para la gastronomía en la isla de Gran Canaria, ya que en estos primeros días de enero dos restaurantes que lo estaban haciendo de una manera notable se ven obligados a cerrar sus puertas por diferentes motivos.

La primera noticia saltó en Instagram, red social en la que el equipo del Restaurante Umiaya anunciaba su cierre con un mensaje donde destacan que “aunque nos ha costado mucho tomar la decisión, por ahora vamos a darle un descanso a nuestro proyecto. No queremos que sea un restaurante más”, concluyendo el post con un claro deseo por volver resumido en la frase “a veces lo mejor está aún por llegar. No es un adiós, es un hasta pronto, un hasta muy pronto. No se vayan, que nosotros tampoco lo haremos”. 

Al habla con uno de los propietarios del proyecto piden un poco de tiempo de cara a poder contar lo sucedido, ya que aún se está en conversaciones con la nueva gestora del complejo Vital Suites de cara a que la salida sea amistosa para ambas partes, pero sí me deja claro que el sueño de Umiaya sigue teniendo vida en la isla de Gran Canaria, y que en un futuro que desean sea lo más corto posible tendremos noticias al respecto.

El otro cierre es más sorprendente aún si cabe, ya que hablamos de un restaurante como Pícaro que desde su apertura en 2018 pronto logró posicionarse en la Guía Michelin como BIB Gourmand, gracias a su apuesta basada en una cocina de claro acento viajero influenciada por las vivencias que su chef y propietario, Willy Ramírez, llevaba en sus espaldas por su formación en el exterior. También usando Instagram para hacerlo llegar a todos, Willy agradecía a todo su equipo actual y pasado todo lo trabajado y a los clientes o proveedores todo su apoyo en este tiempo.

Al habla con Willy reconoce que “ser empresario en estos tiempos de COVID, crisis y demás ha sido demasiado para mí. Estoy agotado, casi he perdido las ganas de cocinar y ni mi equipo ni mi clientela se merece que no esté al 100%, de ahí que he decidido hacer un parón en mi vida para replantearme los nuevos horizontes y camino que me depare el futuro”. Se le nota triste pero a la vez fuerte y quiere recalcar que “no tengo más que palabras de agradecimiento hacia mi equipo, son muy grandes y estoy seguro que no les va a faltar trabajo. También quiero agradecer a la clientela de Pícaro su apoyo al proyecto y decirles que hasta el 28 de enero estaremos dándolo todo con vistas a que si les apetece venir a despedirse de nosotros, puedan hacerlo disfrutando de nuestras recetas más populares”. Yo estoy seguro que Willy no tardará en volver a los fogones porque es algo que le apasiona, además está dentro de un grupo de profesionales de cocina y sala que juntos y entre todos están haciendo que Gran Canaria vaya dando pasos firmes en búsqueda del crecimiento conjunto.

Estos dos cierres son tristes noticias para Gran Canaria pero o mucho me equivoco o me temo que no serán los únicos que este año 2023 tendremos por toda Canarias. El sector vive un momento muy duro y convulso por culpa de una inflación desbocada que afecta a los precios de la materia prima y a la cuenta de resultados de los restaurantes, ya que muchos de ellos deben asumirlos y no repercutirlos en sus precios dicha subida. Si a ello le sumamos la escasez de profesionales cualificados que quieran dedicarse a la profesión hostelera, la situación se torna en casi heroica para los restaurantes en el día de hoy. Desde aquí quiero mandarles un agradecimiento muy especial a todas y cada una de las personas que han hecho posible los restaurantes Umiaya y Pícaro por tantas horas de trabajo dedicadas a hacer feliz al comensal y grande al destino de Gran Canaria. Seguro que pronto nos volveremos a ver en el camino.

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